Tendencias21
Descifrado el mecanismo cerebral del déjà-vu

Descifrado el mecanismo cerebral del déjà-vu

Científicos del MIT estadounidense han hecho públicos los resultados de una investigación que relaciona el tan conocido como extraño fenómeno del «déjà vu» con una subregión del hipocampo del cerebro: el gyrus dentatus, en el que se originan las respuestas neuronales que se producen cada vez que conocemos un lugar nuevo. Si esta región falla, como se ha demostrado en un experimento con ratones modificados genéticamente, se pueden solapar reacciones neuronales diversas dando lugar a una sensación de “ya visto”. Por Yaiza Martínez.

Descifrado el mecanismo cerebral del déjà-vu

Un equipo de neurocientíficos del Picower for Learning and Memory Institute del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT afirma haber identificado por vez primera el mecanismo neuronal que origina el déjà vu, término francés que se refiere a la sensación que en ocasiones nos asalta de haber visto antes algo que en realidad estamos viendo por primera vez.

Este fenómeno, por tanto, tendría un origen neuronal que, de ser definido, ayudaría a desarrollar tratamientos destinados a paliar ciertos desórdenes de la memoria, así como los fenómenos de confusión y desorientación que sufren las personas mayores, a las que en ocasiones les cuesta distinguir lugares y experiencias similares, informa el MIT en un comunicado.

La formación de recuerdos referentes a lugares y contextos se da en una región del cerebro denominada hipocampo, que forma parte del sistema límbico cerebral y participa en la memoria y en la orientación. Asimismo, el hipocampo está relacionado con la retención a largo plazo de la información espacial, y es una de las primeras estructuras que resultan dañadas cuando se desarrolla la enfermedad del Alzheimer, lo que ocasiona los clásicos problemas de memoria y desorientación de las personas que la padecen.

Regiones cerebrales específicas

El hipocampo se divide a su vez en diversas subregiones, tres de las cuales han sido analizadas por los investigadores del MIT, Thomas J. McHugh y Sumusu Tonegawa (profesor de biología y neurociencia): las llamadas gyrus dentatus, CA1 y CA3, que contribuyen a diferentes aspectos del aprendizaje y de la memoria.

El estudio ha revelado que el aprendizaje que se produce en el gyrus dentatus resulta crucial para el reconocimiento rápido, que permite amplificar las pequeñas diferencias que hacen que un determinado espacio sea único ante nuestros ojos, aunque se parezca mucho a cualquier otro sitio, señaló Tonegawa en dicho comunicado. Es decir, que gracias a esas pequeñas diferencias amplificadas podemos diferenciar sitios muy parecidos entre sí.

Para comprobar como funciona esta región del cerebro, los investigadores utilizaron ratones genéticamente modificados con el fin de averiguar cómo contribuía su gyrus dentatus a definir esas diferencias entre lugares nuevos y otros ya conocidos.

Solapamiento de reacciones neuronales

Las investigaciones con roedores han revelado en los últimos años que un conjunto de neuronas, que en inglés han sido bautizadas como place cells o “células de lugar”, ocasionan un “disparo” neuronal cuando los animales se encuentran en un lugar específico, es decir, que codifican la información acerca de su localización en el espacio o en los denominados “campos de lugar” (place fields).

Los científicos del MIT creen que estas células de lugar generan una nueva reacción neuronal cuando entran en cada nuevo espacio, y cada vez que los roedores regresan a él, dichas células repiten esa misma reacción. De esta forma, cuando entran en un sitio que ya conocen, los animales pueden reconocerlo, al igual que los humanos.

En caso de que entráramos en un lugar que nunca habíamos visto antes, por tanto, se genera una nueva respuesta neuronal. Pero si ese sitio al que entramos es lo suficientemente parecido a otro anterior que nuestro cerebro ya haya registrado, se puede producir un solapamiento de reacciones neuronales similares, lo que generaría una sensación de “ya conocido” o déjà vu, explican los científicos.

Descifrado el mecanismo cerebral del déjà-vu

Dificultad para diferenciar

Los ratones genéticamente modificados del experimento de Tonegawa carecían de un gen del gyrus dentatus, lo que permitió estudiar las respuestas cerebrales subyacentes al recuerdo de lugares específicos, así como contemplar las diferencias neuronales con respecto a ratones comunes.

Para ello, dos grupos de ratones (uno de ellos formado por animales genéticamente modificados y otro por ratones normales) fueron colocados alternativamente en dos cámaras similares, en una de las cuales se les golpeaba en las patas.

Después de tres días, todos los ratones comenzaron a dar señales de estar asustados dentro de ambas cámaras, incluso en aquélla en la que jamás se les había infringido daño alguno. Sin embargo, tras dos semanas de pruebas, los ratones normales habían aprendido a relacionar sólo una cámara con los golpes, reconociendo la segunda como segura.

En cambio, los ratones modificados genéticamente demostraron una incapacidad significativa de distinguir los dos contextos, que eran muy parecidos. Según los científicos, el estudio demuestra que la plasticidad del gyrus dentatus, o la habilidad para cambiar en respuesta a la experiencia, contribuye al aprendizaje espacial y a la generación de respuestas neuronales distintas, según donde nos encontremos.

La importancia del gyrus dentatus en todos estos procesos, demostrada por la modificación genética de esta región del hipocampo en ratones, por tanto, implicaría que pudiera estar relacionada con los fenómenos del déjà vu, que nos impiden ver o percibir como nuevos espacios que nunca hemos visto antes.

Interés por el fenómeno

El déjà vu interesa mucho a los científicos por su rareza y, al mismo tiempo, su cotidianidad. Tal y como explicamos en otro artículo de Tendencias21, se calcula que este fenómeno afecta al 70% de la población y, aunque aún carece de explicación concluyente, los científicos lo asocian con una alteración de la memoria.

Los últimos descubrimientos más interesantes al respecto han señalado que, por un lado, existen los déjà vu crónicos: científicos de la universidad británica de Leeds han estudiado a personas que tienen esta vivencia de “ya lo he vivido” de manera continua, para tratar de identificar las causas cerebrales de lo que suponen debe ser un trastorno de la memoria.

Por otro lado, la constatación de que los ciegos también pueden experimentar la sensación del déjà vu, de la que hablamos en otro artículo, pone de relieve que no sólo es la vista la que generaría una respuesta neuronal particular ante una situación determinada que debemos definir : los olores, las sensaciones táctiles y los sonidos también sirven como identificadores capaces de dejar una huella de reacción neuronal que nos permitirá localizarnos en un lugar concreto la próxima vez que lo visitemos.

Yaiza Martinez

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Los astrónomos observan un misterioso glóbulo cometario vagando por el cosmos 27 marzo, 2024
    Utilizando el Telescopio de rastreo VLT (VST) los científicos han producido una imagen impactante de GN 16.43.7.01, un glóbulo cometario situado a 5.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Escorpio. Se trata de pequeñas y débiles nubes interestelares de gas y polvo cósmico, con una forma similar a la de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Sería inminente el hallazgo de vida extraterrestre en Europa, una de las lunas de Júpiter 27 marzo, 2024
    Basado en experimentos recientes, un grupo de científicos determinó en un nuevo estudio que un instrumento en particular a bordo de la futura misión Europa Clipper de la NASA, denominado SUrface Dust Analyzer, era tan sensible que probablemente podría detectar signos de vida extraterrestre en granos individuales de hielo expulsados por Europa, la luna helada […]
    Pablo Javier Piacente
  • ¿La criopreservación es el paso necesario para la resurrección moderna? 27 marzo, 2024
    En España hay cinco casos de personas sometidas a criopreservación después de fallecer, a la espera de que la tecnología permita, tal vez, volverlos a la vida en los años 50 de este siglo.
    José Luis Cordeiro (*)
  • Crean un cerebro fantasma en forma de cubo impreso en 3D 27 marzo, 2024
    Investigadores austriacos han desarrollado un modelo de cerebro impreso en 3D basado en la estructura de las fibras cerebrales visibles mediante imágenes de resonancia magnética. Permite estudiar la compleja red neuronal con una precisión sin precedentes.
    Redacción T21
  • El océano se está desgarrando 26 marzo, 2024
    2.000 terremotos en un día en Canadá insinúan el nacimiento de una nueva corteza oceánica frente a la costa de la isla de Vancouver: está a punto de nacer a través de una ruptura magmática en las profundidades del mar.
    Pablo Javier Piacente
  • Simulan una explosión termonuclear en un superordenador 26 marzo, 2024
    Una simulación por superordenador nos brinda nuevos conocimientos sobre el comportamiento de las estrellas de neutrones: al evocar la explosión termonuclear que tiene lugar cuando estos monstruos cósmicos devoran a otra estrella, los investigadores logran avanzar en la comprensión de los fenómenos más extremos que suceden en el cosmos.
    Pablo Javier Piacente
  • Las matemáticas tienen la clave para erradicar el machismo 26 marzo, 2024
    Las matemáticas demuestran que si una parte significativa de las mujeres de una población (superando el límite del 45%) se comporta solidariamente con otras mujeres (como si fuesen hermanas), el machismo se extingue.
    Alicia Domínguez y Eduardo Costas (*)
  • El cerebro nos invita a soñar despiertos y luego nos rescata del ensueño 26 marzo, 2024
    El cerebro dispone de un doble mecanismo que, por un lado, nos inspira la creatividad provocando que soñemos despiertos, y por otro, nos devuelve a la realidad para sacarnos de la divagación inútil.
    Redacción T21
  • Las ondas cerebrales se mueven en direcciones opuestas para crear recuerdos y luego para recuperarlos 25 marzo, 2024
    Los científicos descubrieron que las ondas cerebrales tendían a moverse desde la parte posterior del cerebro hacia el frente mientras las personas guardaban algo en su memoria. Por el contrario, cuando buscaban recordar la misma información, esas ondas se movían en la dirección opuesta, desde el frente hacia la parte posterior del cerebro.
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren una de las estrellas más antiguas del Universo muy cerca de la Vía Láctea 25 marzo, 2024
    La estrella LMC 119 fue apreciada en la Gran Nube de Magallanes, muy cerca de la Vía Láctea, y es la primera estrella de la segunda generación de formación estelar del Universo que se ha identificado en otra galaxia. Esta estrella, una de las más antiguas en el cosmos descubiertas hasta hoy, proporciona una ventana […]
    Pablo Javier Piacente