Tendencias21
Determinan el área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás

Determinan el área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás

Neurocientíficos del MIT han conseguido definir, utilizando la tecnología de captación de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), el área del cerebro que se activa cuando emitimos un juicio de valor moral sobre el comportamiento de otras personas. El descubrimiento implicaría que no sólo los procesos cognitivos más sencillos se reflejan en la actividad cerebral, sino que también los procesos cognitivos complejos de mayor nivel están vinculados a áreas concretas de la corteza del cerebro. En este caso, los juicios morales ponen en marcha la unión temporoparietal que es el lugar en el que se encuentran el lóbulo temporal y el lóbulo parietal del cerebro. Se sabe que esta región juega un papel fundamental en los procesos de distinción entre el yo y los demás. Por Yaiza Martínez.

Determinan el área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, en Estados Unidos, han conseguido definir el área del cerebro que se activa cuando juzgamos si otros se están comportando o no correctamente, desde una perspectiva moral. ¿Qué sucede en el cerebro cuando se emite un juicio de valor de este tipo?

La neurocientífica Rebecca Saxe, del MIT, es una investigadora especializada en el análisis de las bases neuronales y psicológicas de la cognición social (la manera en que la gente interpreta lo que otros piensan), así como en el desarrollo del cerebro social.

Saxe lleva años tratando de entender cómo se producen en el cerebro los juicios morales, cómo se construyen los sistemas de creencias y de qué manera se genera el lenguaje. Es decir, tratando de describir y de dar explicación desde la observación del cerebro a todos aquellos procesos cognitivos que nos hacen específicamente humanos, publica el MIT en un comunicado. Una versión ampliada puede leerse en la revista MIT Tech Talk.

Pero es una ardua tarea, porque estos procesos cognitivos son altamente complejos y, sobre todo, porque los pensamientos y creencias no pueden observarse directamente. Sin embargo, las técnicas para la medición de la actividad cerebral desarrolladas en las últimas décadas abren cada vez más puertas a los neurólogos para el estudio del cerebro.

Área específica

En concreto, la técnica utilizada por Saxe y su equipo de investigadores ha sido la del registro de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI. Esta técnica permite medir la respuesta hemodinámica -o de los flujos sanguíneos del cerebro-, relacionada con la actividad neuronal, es decir, que hace posible saber qué regiones del cerebro se activan cuando la gente está pensando en ciertas cosas.

Gracias a la fMRI, Saxe identificó que existe un área concreta del cerebro que se enciende cuando tratamos de entender porqué los otros actúan como actúan. Este área sería la denominada unión temporoparietal, que es el lugar en el que se encuentran el lóbulo temporal y el lóbulo parietal del cerebro.

Se sabe que esta región cerebral juega un papel fundamental en los procesos de distinción entre el yo y los demás. Por otro lado, daños en ella se han relacionado con la aparición de episodios de experiencias extracorporales. Estas experiencias también han podido inducirse, de manera artificial, mediante la aplicación de estímulos eléctricos a la unión temporoparietal.

Determinan el área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás

Otros procesos

Para los científicos, la importancia del descubrimiento radica en que, aunque ya se sabía que algunas partes del cerebro están implicadas en aspectos específicos de la percepción y del control motor del cuerpo, ahora se sabe también que existe una región específica de la corteza cerebral que se encarga de procesos cognitivos abstractos de alto nivel, como el hecho de que comprendamos los pensamientos de otras personas o podamos juzgar sus actos.

Para el estudio, un grupo de voluntarios tuvo que tomar decisiones que implicaban un dilema moral, como darle a un botón que desviaría la ruta de un tren descontrolado ocasionando la muerte de una persona, pero salvando la vida a otras cinco.

Juzgar el comportamiento de otros en estas situaciones requiere de un complejo proceso que depende de más cuestiones, aparte del resultado de dicho comportamiento.

Por ejemplo, nuestros juicios están sometidos a nuestra situación con respecto a la persona que actúa: si un soldado ha puesto una bomba que ha matado a varios civiles, nuestra percepción sobre si el soldado tenía o no la intención de asesinar a civiles dependerá de en qué bando del conflicto nos encontremos.

En futuras investigaciones, Saxe planea estudiar otra cuestión compleja: la manera en que los niños desarrollan creencias relativas a grupos humanos que hayan estado en conflictos de larga duración con su propio grupo social (como musulmanes y serbios en la antigua Yugoslavia), y su efecto en la actividad del cerebro.

Reconocer la intención del otro

El logro de los neurocientíficos del MIT resulta de gran interés, pero no es la primera vez que se identifica actividad cerebral vinculada a procesos de cognición complejos. Hace unos años, neurólogos de la universidad de California consiguieron demostrar que las “neuronas espejo” de nuestro cerebro son capaces no sólo de activarse cuando ven realizar una acción, sino también de reconocer la intención de aquél que la realiza.

Las neuronas espejo son un grupo de neuronas que tienen la facultad de descargar impulsos tanto cuando el sujeto observa a otro realizar un movimiento, como cuando es el mismo sujeto quien lo hace.

Estas neuronas forman parte de un sistema de percepción y de ejecución cerebral que activa las regiones específicas de nuestra corteza motora cuando vemos que se mueve una mano u otra parte del cuerpo de otra persona, como si nosotros mismos también nos moviéramos aunque no lo hagamos.

Pero no sólo sirven para eso, sino que, además, nos ayudan a entender las intenciones de otros, tal y como demostraron entonces los neurocientíficos californianos. Y, aunque estas intenciones se refieren sobre todo a las intenciones motoras, este descubrimiento apunta a que se podría estimular la función de las neuronas espejo para que éstas desarrollem su capacidad y consigan hacer que pacientes con desórdenes como el autismo puedan empatizar con los pensamientos y sentimientos de otros, señalaron los investigadores.

Yaiza Martinez

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Los abrazos alivian la ansiedad y la depresión, según un nuevo estudio 18 abril, 2024
    Los abrazos y otras formas de contacto físico pueden ayudar con la salud mental en personas de todas las edades, según una nueva revisión de 212 estudios previos. Aunque esto ya estaba claro, los expertos aún no habían podido determinar qué tipo de contacto es el que genera más ventajas y por qué.
    Pablo Javier Piacente
  • Corrientes de estrellas y materia oscura diseñaron a la Vía Láctea 18 abril, 2024
    Restos de galaxias absorbidas por la Vía Láctea conforman corrientes estelares que la diseñaron a lo lardo de su historia. Algunas de esas fusiones podrían arrojar luz sobre el misterio de la materia oscura.
    Pablo Javier Piacente
  • Ya vivimos en un mundo de ciencia ficción 18 abril, 2024
    El Meta World Congress celebrado la semana pasada en Madrid ha dejado claro que los mundos virtuales y los videojuegos son el laboratorio de un Metaverso cada vez más inteligente y que la tecnología inmersiva cambiará el teatro y los conciertos. Un proceso de fusión de inteligencias llevará a la creatividad artificial a mezclarse con […]
    ALEJANDRO SACRISTÁN (enviado especial)
  • Descubren el pan más antiguo en Turquía: tiene 8.600 años 17 abril, 2024
    Un equipo de arqueólogos ha descubierto el pan más antiguo conocido en todo el mundo, que data del año 6600 a. C. Fue identificado en Çatalhöyük, un destacado asentamiento neolítico en Anatolia central, Turquía.
    Pablo Javier Piacente
  • Detectan un enorme agujero negro dormido en nuestra galaxia 17 abril, 2024
    El agujero negro de masa estelar más monstruoso de la Vía Láctea es un gigante dormido que acecha cerca de la Tierra, según un nuevo estudio. Con una masa casi 33 veces mayor que la del Sol, esta colosal estructura cósmica yace oculta a menos de 2.000 años luz de nuestro planeta, en la constelación […]
    Pablo Javier Piacente
  • Los pájaros reviven en sus sueños experiencias reales 17 abril, 2024
    Una investigación increíble ha descubierto que los pájaros a veces sueñan que están defendiendo su territorio frente a rivales, mostrándose con una cresta erizada de plumas y con un trino asociado al enfrentamiento.
    Redacción T21
  • Descubren cómo Plutón consiguió su corazón 16 abril, 2024
    El misterio de cómo Plutón consiguió una característica gigante en forma de corazón en su superficie finalmente ha sido resuelto: los científicos lograron reproducir con éxito la forma inusual con simulaciones numéricas, atribuyéndola a un impacto gigante y lento en ángulo oblicuo. Se trató de una colisión con un cuerpo planetario de unos 700 kilómetros […]
    Pablo Javier Piacente
  • La vida podría existir desde los inicios del Universo 16 abril, 2024
    El físico Avi Loeb sostiene en un reciente artículo que los elementos para el desarrollo de la vida tal como la conocemos podrían estar presentes en el cosmos desde la formación de las primeras estrellas, unos 100 millones de años después del Big Bang. También postula que esta hipótesis podría comprobarse si la misión Dragonfly […]
    Pablo Javier Piacente
  • Crean un acelerador de partículas en miniatura con aplicaciones médicas 16 abril, 2024
    Investigadores alemanes han desarrollado un acelerador de electrones que mide poco menos de medio milímetro de largo y 0,2 micrómetros de ancho, es decir, menos de una milésima de milímetro. Tiene aplicaciones en la investigación básica y permitirá crear nuevas herramientas de radioterapia. Entrevista con sus protagonistas, Peter Hommelhoff y Stefanie Kraus.
    Oscar William Murzewitz (Welt der Physik)/T21
  • Revelan la primera molécula fractal en la naturaleza 15 abril, 2024
    Los científicos han descubierto una molécula en la naturaleza que sigue un patrón geométrico de autosimilitud, conocido como fractal. La enzima microbiana denominada citrato sintasa es la primera estructura fractal molecular ensamblada directamente en la naturaleza que ha logrado identificarse hasta el momento. Los especialistas creen que este fractal puede representar un accidente evolutivo.
    Pablo Javier Piacente