Tendencias21
Diversas disciplinas científicas explican la religiosidad humana

Diversas disciplinas científicas explican la religiosidad humana

La religiosidad humana ha perdurado durante más de 100.000 años y ha existido y existe en cada cultura de nuestra especie. Hoy día, además, se calcula que más del 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa. Desde hace años, la ciencia intenta comprender el fenómeno religioso. La revista Monitor of Psychology ha revisado recientemente algunas de las investigaciones realizadas a este respecto, así como las conclusiones que podrían extraerse de ellas: la religiosidad surgiría a partir de procesos cognitivos básicos del ser humano, tiene una base neuronal, y su causa podría ser evolutiva, afirman los especialistas. Por Yaiza Martínez.

Diversas disciplinas científicas explican la religiosidad humana

Tradicionalmente, algunos psicólogos han caracterizado las creencias religiosas como patológicas o como pensamientos irracionales.

Sin embargo, la religiosidad humana ha perdurado durante más de 100.000 años, y ha existido y existe en cada cultura de nuestra especie. Hoy día, además, se calcula que más del 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa.

Para tratar de entender el origen y las causas de la fe religiosa, en los últimos años psicólogos y neurocientíficos se han dedicado a analizar este fenómeno de la mente humana. En un artículo publicado por la revista Monitor of Psychology, editada por la American Psychological Association (apa), se explican y se sintetizan algunos de los hallazgos realizados en estas investigaciones.

Predispuestos a buscar sentido

Según se explica en el artículo, psicólogos y neurocientíficos han descubierto que la religión podría ser un subproducto del propio modo de funcionamiento de nuestro cerebro, que tiende, entre otras cosas, a buscar orden en el caos, a antropomorfizar nuestro entorno y a creer que el mundo que nos rodea ha sido creado para nosotros.

Justin Barret, psicólogo especializado en este tema del Centre for Anthropology and Mind de la Universidad de Oxford, afirma que en los últimos tiempos se han recopilado evidencias de que serían diversos procesos básicos del conocimiento humano los que habrían dado lugar a las creencias religiosas, y los que le otorgarían a éstas su fuerza y perdurabilidad.

Dichos procesos hacen, por ejemplo, que veamos el mundo como si tuviera un diseño intencionado, como si hubiese sido creado por algo o por alguien.

Estudios realizados por científicos de la Universidad de Boston demostraron que incluso en los niños pequeños existe esa tendencia a pensar que el mundo ha sido creado con un propósito. Así, por ejemplo, si se le pregunta a los niños “¿por qué existen los ríos?”, una respuesta corriente sería: “para que los peces puedan nadar”.

Otra investigación publicada por la revista Science reveló que también los adultos buscan permanentemente un sentido, sobre todo en situaciones de incertidumbre. En ella, se constató que la gente tendía más a ver patrones en una representación aleatoria de puntos, si se les hacía sentir previamente que no tenían control alguno.

Tendencia a lo sobrenatural

Pero, además, el ser humano parece tener una predisposición innata a creer en lo sobrenatural, explica Barret. En un estudio realizado por el psicólogo, se constató que niños de tan sólo tres años atribuían espontáneamente habilidades sobrenaturales e inmortalidad a “Dios”, incluso sin haber recibido aleccionamiento alguno sobre Dios o la religión.

Asimismo, los niños también elaboraban historias sobre su vida antes de nacer, acerca de un contexto bautizado por Barret como la “pre-vida”.

Diversas disciplinas científicas explican la religiosidad humana

El psicólogo afirma que lo que se está demostrando es que “nuestra estructura cognitiva básica nos predispone a cierto tipo de pensamientos, a pensar en la pre-vida, en la vida después de la muerte, en dioses, seres invisibles que hacen cosas, es decir, en los temas comunes de las religiones del mundo”.

Con base neuronal

Esta predisposición hacia las creencias religiosas tiene una base neuronal, señalan las investigaciones más recientes realizadas por neurocientíficos.

Según ellos, la tendencia a la religiosidad se extiende por todos los sistemas del cerebro, y probablemente surja de circuitos neuronales desarrollados para otros fines.

Como ejemplo, en 2009, Jordan Grafman, PhD, director de la sección de neurociencia del National Institute of Neurological Disorders and Stroke de Estados Unidos, publicó los resultados de un estudio realizado con tecnología fMRI (exploración de resonancia magnética funcional de la actividad neuronal) que demostraron que los pensamientos religiosos activan un área del cerebro implicada con la interpretación de las emociones e intenciones de otras personas.

Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que cuando la gente piensa en Dios desarrolla un pensamiento similar al que tienen cuando piensan en cualquier figura autoritaria especial, como una madre o un padre.

Origen evolutivo

Por último, la predisposición humana a la religiosidad podría tener un origen evolutivo: algunos especialistas afirman que la religión habría evolucionado para favorecer la formación y el mantenimiento de grandes comunidades sociales.

Los científicos de la Universidad de Virginia, Jonathan Haidt y Jesse Graham, publicaron en febrero de 2010 un artículo en la revista Personality and Social Psychology Review en el que sugerían que la religión co-evolucionó con la moralidad, como una manera de establecer lazos entre individuos en comunidades extensas.

Graham y Haidt argumentaron en su artículo que, a través de relatos y rituales, las religiones han construido cinco pilares morales básicos: no hacer daño, ser justos, ser leales al grupo, respetar la autoridad y vivir con pureza. Estos pilares ayudarían inicialmente a la gente a cooperar unos con otros.

Sin embargo, estos relatos y rituales promoverían la idea de defender a la propia comunidad frente a otras comunidades. De ahí los problemas bélicos que pueden llegar a ocasionar las religiones, explican los expertos.

De cualquier modo, señalan, todas estas investigaciones sirven para comprender al ser humano como un todo que integra elementos biológicos, psicológicos, sociales, culturales y espirituales que están conectados entre sí. Según Barrett, a medida que los estudios avanzan, se tiene una mayor comprensión acerca de la naturaleza de la religión y su desarrollo.

Yaiza Martinez

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • El derretimiento de los polos modifica la velocidad a la cual gira la Tierra 28 marzo, 2024
    Un nuevo estudio ha descubierto que la redistribución de la masa procedente del derretimiento del hielo polar está cambiando la velocidad a la que gira nuestro planeta. No se trata de algo anecdótico, ya que modifica la duración del año en la Tierra: los cambios han derivado en que el segundo intercalar previsto para restar […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren el primer hogar del Homo Sapiens fuera de África 28 marzo, 2024
    El primer hogar que acogió al Homo Sapiens cuando emigró de África fue la así llamada Meseta Persa, donde vivió unos 20.000 años e interactuó con los neandertales hasta que oleadas de estas poblaciones se dispersaron y se asentaron por toda Eurasia.
    Redacción T21
  • Los astrónomos observan un misterioso glóbulo cometario vagando por el cosmos 27 marzo, 2024
    Utilizando el Telescopio de rastreo VLT (VST) los científicos han producido una imagen impactante de GN 16.43.7.01, un glóbulo cometario situado a 5.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Escorpio. Se trata de pequeñas y débiles nubes interestelares de gas y polvo cósmico, con una forma similar a la de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Sería inminente el hallazgo de vida extraterrestre en Europa, una de las lunas de Júpiter 27 marzo, 2024
    Basado en experimentos recientes, un grupo de científicos determinó en un nuevo estudio que un instrumento en particular a bordo de la futura misión Europa Clipper de la NASA, denominado SUrface Dust Analyzer, era tan sensible que probablemente podría detectar signos de vida extraterrestre en granos individuales de hielo expulsados por Europa, la luna helada […]
    Pablo Javier Piacente
  • ¿La criopreservación es el paso necesario para la resurrección moderna? 27 marzo, 2024
    En España hay cinco casos de personas sometidas a criopreservación después de fallecer, a la espera de que la tecnología permita, tal vez, volverlos a la vida en los años 50 de este siglo.
    José Luis Cordeiro (*)
  • Crean un cerebro fantasma en forma de cubo impreso en 3D 27 marzo, 2024
    Investigadores austriacos han desarrollado un modelo de cerebro impreso en 3D basado en la estructura de las fibras cerebrales visibles mediante imágenes de resonancia magnética. Permite estudiar la compleja red neuronal con una precisión sin precedentes.
    Redacción T21
  • El océano se está desgarrando 26 marzo, 2024
    2.000 terremotos en un día en Canadá insinúan el nacimiento de una nueva corteza oceánica frente a la costa de la isla de Vancouver: está a punto de nacer a través de una ruptura magmática en las profundidades del mar.
    Pablo Javier Piacente
  • Simulan una explosión termonuclear en un superordenador 26 marzo, 2024
    Una simulación por superordenador nos brinda nuevos conocimientos sobre el comportamiento de las estrellas de neutrones: al evocar la explosión termonuclear que tiene lugar cuando estos monstruos cósmicos devoran a otra estrella, los investigadores logran avanzar en la comprensión de los fenómenos más extremos que suceden en el cosmos.
    Pablo Javier Piacente
  • Las matemáticas tienen la clave para erradicar el machismo 26 marzo, 2024
    Las matemáticas demuestran que si una parte significativa de las mujeres de una población (superando el límite del 45%) se comporta solidariamente con otras mujeres (como si fuesen hermanas), el machismo se extingue.
    Alicia Domínguez y Eduardo Costas (*)
  • El cerebro nos invita a soñar despiertos y luego nos rescata del ensueño 26 marzo, 2024
    El cerebro dispone de un doble mecanismo que, por un lado, nos inspira la creatividad provocando que soñemos despiertos, y por otro, nos devuelve a la realidad para sacarnos de la divagación inútil.
    Redacción T21