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El lenguaje humano deriva del canto de las aves y de la comunicación de los primates

El lenguaje humano surgió de una combinación entre las formas del canto de los pájaros y de la comunicación de otros primates, teoriza un equipo de investigadores del MIT. De las aves, se derivó la parte melódica de nuestra lengua; de los primates no humanos, la parte pragmática, portadora del contenido del discurso. En algún momento de los últimos 100.000 años, ambas capacidades se fundieron para dar lugar al lenguaje humano que conocemos hoy.

El lenguaje humano deriva del canto de las aves y de la comunicación de los primates

En la isla de Java, en Indonesia, el gibón plateado, un primate en peligro de extinción, habita selvas tropicales. En un comportamiento que es inusual en primates, esta especie canta: puede vocalizar largas y complejas canciones, usando 14 tipos de notas diferentes, para señalizar el territorio y para enviar mensajes a sus compañeros y familiares.

Aparte de constituir toda una curiosidad, el gibón plateado puede dar pistas sobre el desarrollo del lenguaje en los seres humanos. En un artículo recientemente publicado, dos profesores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) afirman que al volver a examinar el lenguaje humano contemporáneo podemos ver indicios de cómo la comunicación humana habría evolucionado a partir de sistemas subyacentes a los modos de comunicación más antiguos de las aves y de los primates.

De las aves, afirman los investigadores, se derivó la parte melódica de nuestra lengua, y de otros primates, las partes pragmáticas, portadoras del contenido del discurso. En algún momento en los últimos 100.000 años, esas capacidades se fundieron más o menos en la forma en que hoy conocemos el lenguaje humano.

De lo finito a lo infinito

Pero, ¿cómo? Al parecer, otros animales tienen conjuntos finitos de cosas que pueden expresar; el lenguaje humano, en cambio, es único en contar con un conjunto infinito de nuevos significados. ¿Qué permitió que el lenguaje humano evolucionara hacia una estructura sin límites, a partir de sistemas de comunicación acotados?

“El surgimiento del lenguaje humano está lo suficientemente alejado en el tiempo como para que no podamos volver atrás para averiguarlo directamente ", explica el lingüista Shigeru Miyagawa, profesor de Lengua y Cultura Japonesa en el MIT en un comunicado de dicho centro. "Lo mejor que podemos hacer es desarrollar una teoría que sea ampliamente compatible con lo que sabemos sobre el lenguaje humano y sobre otros sistemas similares existentes en la naturaleza".

Específicamente, Miyagawa y sus colaboradores piensan que algunas de las cualidades aparentemente infinitas del lenguaje humano moderno, al se reanalizadas, muestran las cualidades finitas de los “idiomas” de otros animales. Esto significa que la comunicación humana es más similar a la de otros animales de lo que generalmente se cree.

"Sí, el lenguaje humano es único, pero al analizar sus dos partes se descubre que estas proceden en realidad de un estado finito", afirma Miyagawa. "Esos dos componentes tienen antecedentes en el mundo animal. De acuerdo con nuestra hipótesis, ambos se juntaron únicamente en el lenguaje humano".

Dos capas integradas

Esta conclusión está basada en trabajos anteriores de Miyagawa. El investigador sostiene así que el lenguaje humano está formado por dos capas distintas: la capa expresiva, que se refiere a la estructura mutable de las frases; y la capa léxica, donde reside el contenido básico de las oraciones. Esta idea, a su vez, está basada en los trabajos sobre lingüística de otros eruditos, como Noam Chomsky, Kenneth Hale o Samuel Jay Keyser.

La capa expresiva y la capa léxica tienen sus antecedentes en los idiomas de las aves y otros mamíferos, respectivamente, sostienen los científicos. En otro artículo publicado el año pasado, Miyagawa y sus colaboradores presentaron ampliamente la conexión entre la capa expresiva del lenguaje humano y el canto de los pájaros, incluyendo las similitudes melódicas y rítmicas.

Ya hablamos de esta otra investigación en Tendencias21 entonces, explicando los "paralelismos más notables" entre pájaros y humanos en este sentido: la etapa de la vida en que las dos asimilan el lenguaje es similar; así como la parte del cerebro que ambas utilizan para la comunicación oral. Otra similitud es que todas las lenguas humanas tienen un número finito de patrones de acentuación y rítmicos, al igual que sucede en el canto de los pájaros.

La hipótesis de la integración presenta, sin embargo, una contradicción: si las aves tienen un número limitado de melodías que pueden cantar o recombinar, y los primates no humanos cuentan con un número limitado de sonidos con significados particulares, ¿como es que nuestra especie cuenta con posibilidades de expresión infinitas de los humanos?

Los investigadores lo resuelven así: creen que el lenguaje humano en realidad deriva de operaciones de estados finitos vinculados a nuestro pasado ancestral. Por ejemplo, repetimos secuencias, como los sufijos para formar palabras nuevas (misiles-antimisiles; mercado-supermercado). Es decir, que las posibilidades infinitas de nuestro lenguaje se derivan de la suma continua de elementos finitos o unidades discretas del idioma.

Y aunque la complejidad de este tipo de formaciones lingüísticas no se dé en el canto de los pájaros ni en ninguna otra forma de comunicación animal, se reforzaría así la idea de que hubo una integración de las dos capas expresivas de la comunicación animal en los humanos. Ambas capas “finitas” podrían haber derivado en un sistema “infinito” de comunicación, merced a las combinaciones que hacemos.

Una teoría en desarrollo

Los investigadores todavía están estudiando cómo se habría producido dicha fusión en los seres humanos; por lo que su hipótesis aún se está desarrollando.

De momento, Miyagawa aventura que la fusión de la capa expresiva (originaria de los pájaros) y la capa léxica (originaria de los primates) podría haberse dado en un ancestro común. Dado que el ancestro común más reciente entre aves y humanos parece haber existido hace unos 300 millones de años, dicha fusión podría habernos llegado de manera indirecta, a través de uno de nuestros primates antecesores.

Referencia bibliográfica:

Shigeru Miyagawa, Shiro Ojima, Robert C. Berwick, Kazuo Okanoya. The integration hypothesis of human language evolution and the nature of contemporary languages. Frontiers in Psychology (2014). DOI: 10.3389/fpsyg.2014.00564.

RedacciónT21

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