Tendencias21

Las células pueden percibir su entorno usando estructuras similares a dedos

Las células tienen proyecciones que se parecen a dedos y las usan para percibir su entorno. Con ellas pueden detectar el ambiente químico en que se encuentran e incluso “sentirlo”, con sensores ultrasensitivos. Un estudio del Instituto Niels Bohr de Dinamarca ha demostrado cómo esas proyecciones pueden extenderse, contraerse y hacer movimientos dinámicos.

Las células pueden percibir su entorno usando estructuras similares a dedos

Las células tienen proyecciones que se parecen a dedos y que usan para percibir su entorno. Con ellas pueden detectar el ambiente químico en que se encuentran e incluso “sentirlo” con sensores ultrasensitivos. Un estudio del Instituto Niels Bohr de Dinamarca ha demostrado cómo estas estructuras pueden extenderse, contraerse y hacer movimientos dinámicos.  

La interacción celular y la comunicación de las células con su entorno resultan fundamentales en muchos procesos biológicos.
 
Para sentir su entorno, las células utilizan estructuras en forma de dedos que en realidad son protuberancias tubulares de la membrana celular. Estos tubos se llaman filopodios y pueden trasladar mensajes a la célula sobre el entorno químico o físico en que esta se encuentra.
 
Por ejemplo, las células usan los filopodios para posibilitar el adecuado desarrollo de los embriones o el crecimiento de las células nerviosas; o cuando las células deben migrar hacia bacterias patógenas para eliminarlas.
 
Los filopodios , además, son estructuras muy dinámicas, y pueden alargarse y contraerse de forma activa y doblarse en todas las direcciones.
 
Análisis detallado
 
Ahora, en una investigación realizada en el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague se han analizado a fondo estas estructuras, para intentar comprender mejor su funcionamiento.
 
La investigadores analizaron las propiedades físicas de los filopodios utilizando un microscopio con el que se puede influir, mediante luz láser altamente enfocada, en células vivas, al tiempo que se las observa, se las mide y se siguen sus movimientos.
 
Con el fin de seguir mejor dichos movimientos, los investigadores colocaron una pequeña bola de plástico en la punta de los filopodios y, mediante  detectores de fuerza ultrasensibles, lograron medir la actividad dinámica  individual de estos.
 
Además de estas mediciones de fuerza, el «esqueleto» interno de los filopodios, formado por filamentos de actina entrecruzados y responsable del movimiento de estas estructuras, fue marcado con marcadores fluorescentes para controlar dicho movimiento bajo el microscopio.

Descubierto un nuevo mecanismo

«En el experimento, agarramos la bola situada en el extremo de la antena de los filopodios y tiramos de ella con la fuerza ultrasensible del microscopio durante hasta 20 minutos. Pudimos medir que las células se echaban hacia atrás con una fuerza de 1 a 100 piconewtons; el equivalente a la gravedad de un glóbulo rojo individual”,  explica el científico Poul Martin Bendix, uno de los autores de la investigación, en un comunicado del Instituto Niels Bohr.

“Además, el estudio reveló un nuevo mecanismo que los filopodios usan para moverse.  Observamos que la actina de su interior exhibía marcados movimientos de torsión y, cuando el filopodio retrocedía, formó pliegues espirales, del mismo modo cuando giramos una cinta elástica que agarramos por sus dos extremos”, continúa diciendo Martin Bendix.

Estos pliegues espirales fueron filmados con microscopía de fluorescencia, a la vez que se medía la contracción. El mecanismo de rotación que formó la espiral en la estructura de actina es importante para que los filopodios puedan explorar su entorno mediante movimientos giratorios.

«Estos resultados muestran un nuevo mecanismo sorprendente. La rotación se convierte en una característica mecánica que permite a la célula interactuar con las células vecinas», afirma Martin Bendix.

La forma espira de los filopodios se había predicho anteriormente mediante cálculos. El presente estudio demuestra “que la combinación de “cálculos teóricos y experimentos funciona bien para el estudio de los mecanismos biológicos», concluye el científico.

Referencia bibliográfica:

Natascha Leijnse, Lene B. Oddershede, Poul M. Bendix. Helical buckling of actin inside filopodia generates traction. PNAS (2014). DOI: 10.1073/pnas.1411761112.
 

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Descubren cómo Plutón consiguió su corazón 16 abril, 2024
    El misterio de cómo Plutón consiguió una característica gigante en forma de corazón en su superficie finalmente ha sido resuelto: los científicos lograron reproducir con éxito la forma inusual con simulaciones numéricas, atribuyéndola a un impacto gigante y lento en ángulo oblicuo. Se trató de una colisión con un cuerpo planetario de unos 700 kilómetros […]
    Pablo Javier Piacente
  • La vida podría existir desde los inicios del Universo 16 abril, 2024
    El físico Avi Loeb sostiene en un reciente artículo que los elementos para el desarrollo de la vida tal como la conocemos podrían estar presentes en el cosmos desde la formación de las primeras estrellas, unos 100 millones de años después del Big Bang. También postula que esta hipótesis podría comprobarse si la misión Dragonfly […]
    Pablo Javier Piacente
  • Crean un acelerador de partículas en miniatura con aplicaciones médicas 16 abril, 2024
    Investigadores alemanes han desarrollado un acelerador de electrones que mide poco menos de medio milímetro de largo y 0,2 micrómetros de ancho, es decir, menos de una milésima de milímetro. Tiene aplicaciones en la investigación básica y permitirá crear nuevas herramientas de radioterapia. Entrevista con sus protagonistas, Peter Hommelhoff y Stefanie Kraus.
    Oscar William Murzewitz (Welt der Physik)/T21
  • Revelan la primera molécula fractal en la naturaleza 15 abril, 2024
    Los científicos han descubierto una molécula en la naturaleza que sigue un patrón geométrico de autosimilitud, conocido como fractal. La enzima microbiana denominada citrato sintasa es la primera estructura fractal molecular ensamblada directamente en la naturaleza que ha logrado identificarse hasta el momento. Los especialistas creen que este fractal puede representar un accidente evolutivo.
    Pablo Javier Piacente
  • El cambio climático podría estar relacionado con el aumento de los accidentes cerebrovasculares 15 abril, 2024
    Una nueva investigación ha demostrado que el número de muertes ligadas a accidentes cerebrovasculares y otras patologías relacionadas ha ido creciendo desde 1990, a la par del aumento de las temperaturas extremas. Durante 2019, el último año analizado, más de 500.000 muertes por accidentes cerebrovasculares se vincularon con temperaturas "no óptimas", provocadas por el calentamiento […]
    Pablo Javier Piacente
  • La globalización está fracturando a la humanidad 15 abril, 2024
    La globalización no está conduciendo a una civilización universal con valores compartidos, sino que está creando una brecha creciente entre los países occidentales de altos ingresos y el resto del mundo, en cuanto a valores como la tolerancia, la diversidad y la libertad.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • En el caso de los caracoles, el huevo fue lo primero 14 abril, 2024
    Un caracol marino que primero fue ovíparo y evolucionó hacia la viviparidad revela que los saltos evolutivos ocurren gradualmente, a través de una serie de pequeños cambios.
    Redacción T21
  • Revelan el misterio del árbol tropical que camina 13 abril, 2024
    La denominada "palma caminante" o Socratea exorrhiza es un árbol de América Central y del Sur que según distintas versiones podría "caminar" y erguirse en determinadas situaciones: ahora, este mito parece haber sido resuelto bajo criterios científicos. Según los investigadores, aunque el árbol puede crecer rápidamente y crear nuevas raíces para lidiar con la pérdida […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren 50 especies desconocidas para la ciencia en la exótica Isla de Pascua 12 abril, 2024
    Una expedición a la Cordillera de Salas y Gómez, frente a Rapa Nui, en el Océano Pacífico, documentó 160 especies animales que no se sabía que habitaban esta región de la misteriosa Isla de Pascua, en Chile. Además, descubrieron 50 criaturas que son absolutamente nuevas para la ciencia.
    Pablo Javier Piacente
  • El clima espacial podría generar un caos satelital sin precedentes 12 abril, 2024
    Los satélites en órbita terrestre baja (LEO) pueden perder su brújula cuando el clima espacial ofrece situaciones inesperadas. El problema afecta a la Estación Espacial Internacional, la estación espacial Tiangong de China y muchos satélites de observación de la Tierra. Los expertos sostienen que esta incertidumbre de posicionamiento aumenta el riesgo de colisiones orbitales peligrosas, […]
    Pablo Javier Piacente