Tendencias21

Limpieza étnica impune en Pakistán, la “tierra de los puros”

Han pasado dos años desde que Quwat Haider, de 24 años, sobrevivió a un atentado en Pakistán, pero al integrante de la perseguida minoría étnica hazara todavía le resulta difícil narrar los hechos que cambiaron su vida. “No quisiera que mis peores enemigos vivieran lo que yo viví en aquel 18 de junio de 2012”, […]

Protesta por chiitas hazaras asesinados en Quetta, Pakistán. Crédito: Altaf Safdari/IPS

Protesta por chiitas hazaras asesinados en Quetta, Pakistán. Crédito: Altaf Safdari/IPS

Por Zofeen Ebrahim
KARACHI, Pakistán, Jul 2 2014 (IPS)

Han pasado dos años desde que Quwat Haider, de 24 años, sobrevivió a un atentado en Pakistán, pero al integrante de la perseguida minoría étnica hazara todavía le resulta difícil narrar los hechos que cambiaron su vida.

“No quisiera que mis peores enemigos vivieran lo que yo viví en aquel 18 de junio de 2012”, dijo a IPS el joven, oriundo de la sudoccidental provincia de Baluchistán.

Como todos los días, él, su hermana y tres primos subieron a un autobús a las 7:45 am con destino a la Universidad de Informática y Ciencias de la Gestión de Baluchistán, en Quetta, la capital de la provincia.

Justo antes de bajar, un automóvil cargado de explosivos se estrelló contra el autobús.»No hay una ruta, viaje de compras, ida a la escuela o al trabajo que sean seguros para los hazaras”: Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch.

“Lo único que recuerdo antes de desmayarme es un golpe fuerte en la cabeza al caer sobre el piso. Cuando me recuperé, oí gritos a mi alrededor. La gente se bajaba del autobús, temiendo que explotara. Yo también salí, todavía entumecido”, recordó Haider.

Sorprendentemente, no resultó herido de gravedad y pudo llevar a su hermana y primos al hospital.

Otros no tuvieron tanta suerte. De los aproximadamente 70 estudiantes hazaras que viajaban en el autobús esa mañana, cuatro murieron en el acto y decenas resultaron gravemente heridos por la explosión.

No era la primera vez que un grupo de hazaras era atacado por su origen étnico, y los expertos temen que no será la última.

Un informe publicado el lunes 30 de junio por la organización de derechos humanos Human Rights Watch, titulado “Somos los muertos en vida: los asesinatos de chiitas hazaras en Baluchistán, Pakistán”, documenta los ataques sistemáticos que sufrió esa comunidad entre 2010 y principios de 2014.

La organización, con sede en Nueva York, registró al menos 450 asesinatos de la minoría chiita en Pakistán en 2012 y 400 en 2013. Aproximadamente 25 por ciento de las víctimas en 2012 y casi la mitad en 2013 eran hazaras de Baluchistán, donde viven unos ocho millones de personas, menos de cinco por ciento de los 186 millones de habitantes del país, en su mayoría sunitas.

Funeral de las víctimas de hombres armados en el cementerio hazara de Quetta, capital de la provincia pakistaní de Baluchistán. Crédito: Altaf Safdari/IPS

Funeral de las víctimas de hombres armados en el cementerio hazara de Quetta, capital de la provincia pakistaní de Baluchistán. Crédito: Altaf Safdari/IPS

Los hazaras son un pueblo de rasgos mongoles y de idioma persa que emigraron del centro de Afganistán hace más de un siglo. Se calcula que en Pakistán residen entre 300.000 y 400.000, en su gran mayoría en Quetta.

La organización no gubernamental Minority Support Pakistan señala que los chiitas constituyen aproximadamente 20 por ciento de la población total, en su mayoría sunita.

La persecución sistemática de los hazaras comenzó en 2008, y con hechos escalofriantes: peregrinos en camino a Irán fueron arrojados de autobuses y asesinados al costado de la carretera, familias enteras murieron tras la explosión de bombas en concurridos mercados o en procesiones religiosas, otros fueron atacados mientras viajaban al trabajo o los centros de estudio, o mientras rezaban en las mezquitas.
La indiferencia oficial

El 8 de junio 30 chiitas que regresaban de una peregrinación fueron asesinados en un atentado suicida en Taftan, una remota zona de Baluchistán, en la frontera con Irán.

El ministro del Interior, Chaudhry Nisar Ali Khan, aseguró que era “imposible garantizar la seguridad en los 800 kilómetros de la carretera de Quetta a Taftan», por lo que el gobierno prohibió el desplazamiento por tierra al vecino país y exhortó a los peregrinos a “viajar por vía aérea”.

Para Yusuf, de la Comisión de Derechos Humanos, el comentario del ministro fue “insensible» ya que “no todos pueden pagar el viaje en avión”.

El problema solo puede resolverse con la adopción de medidas contra los terroristas en Baluchistán y en otros lugares, y “no con restricciones al movimiento de las personas amenazadas”, afirmó.

Lashkar-e-Jhangvi (LEJ), una proscrita organización extremista sunita, que al parecer goza de fuertes vínculos con la red islamista Al Qaeda y el prohibido movimiento Talibán de Pakistán, reivindicó la mayoría de los hechos de violencia, declarándose enemiga jurada de los “infieles” chiitas.

Una carta que circuló en 2011 en Mariabad, un suburbio de mayoría hazara al este de Quetta, proclamaba: “Pakistán significa tierra de los puros, y los chiitas no tienen derecho a estar aquí… Nuestra misión es la abolición de esta secta y este pueblo impuros, los chiitas y los chiitas hazaras, en cada ciudad, cada pueblo, cada rincón” del país.

La organización protagonizó una serie interminable de atentados, entre ellos dos en enero y febrero de 2013 que mataron a unas 180 personas.

El primero, el 10 de enero, que consistió en dos explosiones de bomba, segó la vida de 96 personas en un club de billar y lesionó a 150 más.

Esto generó protestas en todo el país en solidaridad con las familias de Quetta que se negaron a enterrar a sus muertos. Tres días después, el gobierno nacional suspendió la autoridad provincial e impuso el poder federal en Baluchistán.

Apenas cinco semanas después de la masacre, el 17 de febrero un coche bomba explotó en un mercado de verduras en el vecindario hazara de Quetta, donde murieron 84 personas y 160 quedaron lesionadas.

Defensores de los derechos humanos sostienen que la respuesta del gobierno con cada asesinato es la misma: las declaraciones de los funcionarios son las adecuadas, pero no arrestan a nadie ni responsabilizan a los culpables.

Zohra Yusuf, presidenta de la independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, que participó en una misión de investigación a Quetta en mayo de 2012, está decepcionada con el gobierno.

“Les planteamos el tema al entonces gobernador y secretario en jefe (del estado) y ambos reconocieron la persecución. Pero no tenían respuestas de por qué no se adoptaron medidas contra LEJ, que en casi todos los casos reivindicó los atentados”, señaló a IPS.

Mientras, se agrava la situación de los hazaras.

“No hay una ruta, viaje de compras, ida a la escuela o al trabajo que sean seguros para los hazaras. La incapacidad del gobierno para ponerle fin a estos ataques es tan escandalosa como inaceptable”, exclamó Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch.

La Comisión de Derechos Humanos calcula que 30.000 hazaras huyeron de Pakistán en el último lustro, lo que fomenta el tráfico de personas. En su desesperación, los hazaras pagan cuantiosas sumas de dinero para que agentes les faciliten el viaje a Australia y Europa, por peligrosas vías marítimas sin ninguna garantía de seguridad.

Quetta, antaño una ciudad pacífica, está repleta de soldados y puestos de control. Más de 1.000 militares del Cuerpo Fronterizo de Baluchistán, organizados en 27 pelotones, patrullan las calles junto a la policía.

Este nivel de seguridad hace que la continua persecución de la comunidad hazara sea aun más “terrible”, afirmó Ambreeen Agha, un asistente de investigación del Instituto para la Gestión de Conflictos, de Nueva Delhi, ya que sucede “en las propias narices del ejército pakistaní”.

Para hazaras como el sobreviviente Haider, su “hogar” se transformó en un lugar violento y peligroso. “No hay lugar en Pakistán que sea seguro para mí”, aseguró. Pero a diferencia de su hermano, que abandonó el país en 2010, él no piensa irse. “Solo somos mi hermana y yo aquí. ¿Quién cuidará de nuestros padres si me voy?”, se preguntó.

Artículos relacionados

Fuente : http://www.ipsnoticias.net/2014/07/limpieza-etnica…

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • El contacto con la naturaleza cambia nuestra percepción del tiempo 28 marzo, 2024
    Investigaciones recientes y en particular un nuevo estudio han demostrado que la naturaleza puede regular nuestro sentido del tiempo: estar en ámbitos naturales puede cambiar la forma en que experimentamos el tiempo y, tal vez, brindarnos la sensación de abundancia de tiempo que las exigencias de la vida contemporánea suelen reducir drásticamente.
    Pablo Javier Piacente
  • El derretimiento de los polos modifica la velocidad a la cual gira la Tierra 28 marzo, 2024
    Un nuevo estudio ha descubierto que la redistribución de la masa procedente del derretimiento del hielo polar está cambiando la velocidad a la que gira nuestro planeta. No se trata de algo anecdótico, ya que modifica la duración del año en la Tierra: los cambios han derivado en que el segundo intercalar previsto para restar […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren el primer hogar del Homo Sapiens fuera de África 28 marzo, 2024
    El primer hogar que acogió al Homo Sapiens cuando emigró de África fue la así llamada Meseta Persa, donde vivió unos 20.000 años e interactuó con los neandertales hasta que oleadas de estas poblaciones se dispersaron y se asentaron por toda Eurasia.
    Redacción T21
  • Los astrónomos observan un misterioso glóbulo cometario vagando por el cosmos 27 marzo, 2024
    Utilizando el Telescopio de rastreo VLT (VST) los científicos han producido una imagen impactante de GN 16.43.7.01, un glóbulo cometario situado a 5.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Escorpio. Se trata de pequeñas y débiles nubes interestelares de gas y polvo cósmico, con una forma similar a la de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Sería inminente el hallazgo de vida extraterrestre en Europa, una de las lunas de Júpiter 27 marzo, 2024
    Basado en experimentos recientes, un grupo de científicos determinó en un nuevo estudio que un instrumento en particular a bordo de la futura misión Europa Clipper de la NASA, denominado SUrface Dust Analyzer, era tan sensible que probablemente podría detectar signos de vida extraterrestre en granos individuales de hielo expulsados por Europa, la luna helada […]
    Pablo Javier Piacente
  • ¿La criopreservación es el paso necesario para la resurrección moderna? 27 marzo, 2024
    En España hay cinco casos de personas sometidas a criopreservación después de fallecer, a la espera de que la tecnología permita, tal vez, volverlos a la vida en los años 50 de este siglo.
    José Luis Cordeiro (*)
  • Crean un cerebro fantasma en forma de cubo impreso en 3D 27 marzo, 2024
    Investigadores austriacos han desarrollado un modelo de cerebro impreso en 3D basado en la estructura de las fibras cerebrales visibles mediante imágenes de resonancia magnética. Permite estudiar la compleja red neuronal con una precisión sin precedentes.
    Redacción T21
  • El océano se está desgarrando 26 marzo, 2024
    2.000 terremotos en un día en Canadá insinúan el nacimiento de una nueva corteza oceánica frente a la costa de la isla de Vancouver: está a punto de nacer a través de una ruptura magmática en las profundidades del mar.
    Pablo Javier Piacente
  • Simulan una explosión termonuclear en un superordenador 26 marzo, 2024
    Una simulación por superordenador nos brinda nuevos conocimientos sobre el comportamiento de las estrellas de neutrones: al evocar la explosión termonuclear que tiene lugar cuando estos monstruos cósmicos devoran a otra estrella, los investigadores logran avanzar en la comprensión de los fenómenos más extremos que suceden en el cosmos.
    Pablo Javier Piacente
  • Las matemáticas tienen la clave para erradicar el machismo 26 marzo, 2024
    Las matemáticas demuestran que si una parte significativa de las mujeres de una población (superando el límite del 45%) se comporta solidariamente con otras mujeres (como si fuesen hermanas), el machismo se extingue.
    Alicia Domínguez y Eduardo Costas (*)