Tendencias21

Nuevo sistema para obtener energía renovable de la unión de mares y ríos

Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han desarrollado un sistema que genera electricidad mediante ósmosis, con una gran eficiencia. Aprovecha el intercambio de iones entre el agua de mar y el agua dulce, con una nueva membrana de sólo tres átomos de espesor. Esta tecnología podría usarse en los estuarios, allá donde los ríos se juntan con el mar, para obtener energía renovable.

Nuevo sistema para obtener energía renovable de la unión de mares y ríos

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL, Suiza) han desarrollado un sistema que genera electricidad a partir de ósmosis con una eficiencia sin precedentes. Su trabajo, que aparece en Nature, utiliza el agua de mar, agua dulce, y un nuevo tipo de membrana de sólo tres átomos de espesor.

Los defensores de la energía limpia pronto tendrán una nueva fuente para añadir a la energía solar, eólica e hidroeléctrica: la energía osmótica. O más concretamente, la energía generada por un fenómeno natural que se produce cuando el agua dulce entra en contacto con el agua de mar a través de una membrana.

Investigadores del Laboratorio de Biología de Nanoescala de la EPFL han desarrollado un sistema de generación de energía osmótica que ofrece rendimientos nunca antes vistos.

El concepto es bastante simple. Una membrana semipermeable separa dos fluidos con diferentes concentraciones de sal. Los iones de sal viajan a través de la membrana hasta que las concentraciones de sal en los dos fluidos alcanzan el equilibrio. Ese fenómeno es precisamente la ósmosis.

Si el sistema se utiliza con agua de mar y agua dulce, los iones de sal en el agua de mar pasan a través de la membrana hacia el agua dulce hasta que ambos líquidos tienen la misma concentración de sal. Y puesto que un ion es simplemente un átomo con una carga eléctrica, el movimiento de los iones de sal puede aprovecharse para generar electricidad.

El sistema de la EPFL consta de dos compartimentos llenos de líquido separados por una membrana delgada hecha de disulfuro de molibdeno. La membrana tiene un pequeño agujero, o nanoporo, a través del cual pasan los iones del agua de mar hacia el agua fresca hasta que las concentraciones de sal de los dos fluidos son iguales. A medida que los iones pasan a través del nanoporo, sus electrones se transfieren a un electrodo -que es lo que se utiliza para generar una corriente eléctrica.

Gracias a sus propiedades la membrana permite que los iones con carga positiva pasen a través de lla, mientras que rechaza la mayoría de los cargados negativamente. Eso crea tensión entre los dos líquidos a medida que uno acumula carga positiva y el otro carga negativa. Esta tensión es lo que hace que la corriente generada por la transferencia de iones fluya.

Nanoporos

«Tuvimos que fabricar primero y luego investigar el tamaño óptimo del nanoporo. Si es demasiado grande, los iones negativos pueden pasar a través de él y la tensión resultante sería demasiado baja. Si es demasiado pequeño, no pasan suficientes iones a través de él y la corriente sería demasiado débil», dice Jiandong Feng, autor principal de la investigación, en la nota de prensa de la EPFL.

Lo que diferencia el sistema es su membrana. En estos tipos de sistemas, la corriente aumenta con una membrana más fina. Y la membrana de la EPFL tiene sólo unos pocos átomos de espesor. El material de qué está hecha -disulfuro de molibdeno- es ideal para la generación de una corriente osmótica. «Esta es la primera vez que se utiliza un material de dos dimensiones para este tipo de aplicación», dice Aleksandra Radenovic, jefe del Laboratorio de Biología a Nanoescala.

El potencial del nuevo sistema es enorme. De acuerdo con sus cálculos, una membrana de 1 metro cuadrado con un 30% de su superficie cubierta por nanoporos debe ser capaz de producir 1 megavatio de electricidad -lo suficiente para alimentar 50.000 bombillas de bajo consumo estándar-. Y puesto que el disulfuro de molibdeno (MoS2) es fácil de encontrar en la naturaleza o se puede producir por deposición química de vapor, el sistema sería escalable para la generación de energía a gran escala. El principal desafío para conseguirlo es encontrar la manera de hacer poros relativamente uniformes.

Hasta ahora, los investigadores han trabajado sobre una membrana con un solo nanoporo, con el fin de comprender exactamente lo que estaba pasando. »Desde una perspectiva de ingeniería, el sistema de un solo nanoporos es ideal para mejorar nuestra comprensión fundamental de estos procesos y proporcionar información útil para la comercialización a nivel industrial», dice Jiandong Feng.

Los investigadores fueron capaces de hacer funcionar un nanotransistor con la corriente generada por un solo nanoporo: un nanosistema autoalimentado. Los transistores de MoS2 de una sola capa y baja potencia se fabricaron en colaboración con el equipo de Andras Kis en la EPFL, mientras que se realizaron simulaciones de dinámica molecular en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE.UU.).

Estuarios

La investigación de la EPFL es parte de una tendencia en crecimiento. Durante los últimos años, los científicos de todo el mundo han estado desarrollando sistemas que aprovechan la energía osmótica para generar electricidad. Hay proyectos piloto en lugares como Noruega, Países Bajos, Japón y Estados Unidos para generar energía en los estuarios, donde los ríos desembocan en el mar.

Por ahora, las membranas utilizadas en la mayoría de los sistemas son orgánicos y frágiles, y proporcionan bajos rendimientos. Algunos sistemas utilizan el movimiento del agua, en lugar de iones, para alimentar turbinas que a su vez producen electricidad.

Una vez que los sistemas se vuelvan más robustos, la energía osmótica podrá desempeñar un papel importante en la generación de energía renovable. Mientras que los paneles solares requieren luz solar adecuada y turbinas eólicas viento adecuado, la energía osmótica se puede producir casi a cualquier hora del día o de la noche -siempre que haya un estuario cerca.

Referencia bibliográfica:

Jiandong Feng, Michael Graf, Ke Liu, Dmitry Ovchinnikov, Dumitru Dumcenco, Mohammad Heiranian, Vishal Nandigana, Narayana R. Aluru, Andras Kis, Aleksandra Radenovic: Single-layer MoS2 nanopores as nanopower generators. Nature (2016). DOI: 10.1038/nature18593.

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Desarrollan un enjambre de cucarachas cyborgs controladas por IA para misiones peligrosas 19 abril, 2024
    Un equipo científico ha logrado crear un sistema robótico que permite manejar a distancia un pequeño ejército de cucarachas cyborgs, controladas a través de un algoritmo de Inteligencia Artificial (IA) para optimizar su navegación. Podrían ser de gran utilidad en operaciones de salvataje y gestión de desastres.
    Pablo Javier Piacente
  • La geometría del caos, ¿futuro de la arquitectura? 19 abril, 2024
    Las asimétricas celosías chinas de rayos de hielo, con una antigüedad de al menos 200 años, pueden inspirar la arquitectura actual porque proporcionan mayor estabilidad, resistencia y estética, que las estructuras simétricas. Además, sus patrones geométricos son los mismos que muestran nuestros huesos.
    Redacción T21
  • Los abrazos alivian la ansiedad y la depresión, según un nuevo estudio 18 abril, 2024
    Los abrazos y otras formas de contacto físico pueden ayudar con la salud mental en personas de todas las edades, según una nueva revisión de 212 estudios previos. Aunque esto ya estaba claro, los expertos aún no habían podido determinar qué tipo de contacto es el que genera más ventajas y por qué.
    Pablo Javier Piacente
  • Corrientes de estrellas y materia oscura diseñaron a la Vía Láctea 18 abril, 2024
    Restos de galaxias absorbidas por la Vía Láctea conforman corrientes estelares que la diseñaron a lo lardo de su historia. Algunas de esas fusiones podrían arrojar luz sobre el misterio de la materia oscura.
    Pablo Javier Piacente
  • Ya vivimos en un mundo de ciencia ficción 18 abril, 2024
    El Meta World Congress celebrado la semana pasada en Madrid ha dejado claro que los mundos virtuales y los videojuegos son el laboratorio de un Metaverso cada vez más inteligente y que la tecnología inmersiva cambiará el teatro y los conciertos. Un proceso de fusión de inteligencias llevará a la creatividad artificial a mezclarse con […]
    ALEJANDRO SACRISTÁN (enviado especial)
  • Descubren el pan más antiguo en Turquía: tiene 8.600 años 17 abril, 2024
    Un equipo de arqueólogos ha descubierto el pan más antiguo conocido en todo el mundo, que data del año 6600 a. C. Fue identificado en Çatalhöyük, un destacado asentamiento neolítico en Anatolia central, Turquía.
    Pablo Javier Piacente
  • Detectan un enorme agujero negro dormido en nuestra galaxia 17 abril, 2024
    El agujero negro de masa estelar más monstruoso de la Vía Láctea es un gigante dormido que acecha cerca de la Tierra, según un nuevo estudio. Con una masa casi 33 veces mayor que la del Sol, esta colosal estructura cósmica yace oculta a menos de 2.000 años luz de nuestro planeta, en la constelación […]
    Pablo Javier Piacente
  • Los pájaros reviven en sus sueños experiencias reales 17 abril, 2024
    Una investigación increíble ha descubierto que los pájaros a veces sueñan que están defendiendo su territorio frente a rivales, mostrándose con una cresta erizada de plumas y con un trino asociado al enfrentamiento.
    Redacción T21
  • Descubren cómo Plutón consiguió su corazón 16 abril, 2024
    El misterio de cómo Plutón consiguió una característica gigante en forma de corazón en su superficie finalmente ha sido resuelto: los científicos lograron reproducir con éxito la forma inusual con simulaciones numéricas, atribuyéndola a un impacto gigante y lento en ángulo oblicuo. Se trató de una colisión con un cuerpo planetario de unos 700 kilómetros […]
    Pablo Javier Piacente
  • La vida podría existir desde los inicios del Universo 16 abril, 2024
    El físico Avi Loeb sostiene en un reciente artículo que los elementos para el desarrollo de la vida tal como la conocemos podrían estar presentes en el cosmos desde la formación de las primeras estrellas, unos 100 millones de años después del Big Bang. También postula que esta hipótesis podría comprobarse si la misión Dragonfly […]
    Pablo Javier Piacente