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Posible relación entre las enfermedades autoinmunes maternas y el autismo en hijos

Un grupo de investigadores de China han realizado el primer meta-análisis para evaluar, cuantitativamente, la posible relación entre la presencia de enfermedades autoinmunes maternas y la aparición del autismo en los hijos. El trabajo podría mejorar el diagnóstico precoz del autismo en la descendencia de mujeres con enfermedades autoinmunes ya que pone el foco de atención en un elemento importante que posibilita la aparición del autismo en niños. Por Anabel Paramá.

Posible relación entre las enfermedades autoinmunes maternas y el autismo en hijos

Un grupo de investigadores han realizado un interesante meta-análisis sobre la relación entre las patologías autoinmunes en mujeres embarazadas y la relación que estas tiene con la aparición del autismo en la descendencia.

Estos investigadores señalan en la revista científica Behavioural and Brain Research la existencia de una asociación positiva entre ambos elementos. Concretamente, el riesgo de padecer autismo aumentaría en un 30% en los hijos de aquellas mujeres que desarrollaron estas enfermedades durante el embarazo. Este hecho supone que existe una relación entre el sistema inmunológico de la madre y el cerebro del hijo.
 
Ahora bien, es importante no generar alarma. Por eso, los científicos reiteran que la mayor parte de los padres que padecen algún tipo de enfermedad autoinmune no tienen hijos con autismo. De hecho, el equipo del Dr. Cheng, matiza que la enfermedad autoinmune materna es un factor independiente del autismo, es decir, el hecho que una madre padezca una enfermedad de este tipo no significa que irremediablemente vaya a tener hijos que manifiesten autismo. Pero sí han encontrado una mayor probabilidad de que este aparezca.
 
Este trabajo tiene gran relevancia puesto que unifica la información existente y establece una nueva pauta a tener en cuenta para poder llegar a realizar un diagnóstico precoz de la probabilidad de tener hijos autistas. Esto es fundamental, ya que existe una enorme dificultad para detectar la causa genética que provoca este trastorno en un importante porcentaje de casos. De hecho, sólo el 15% de los casos logra detectarse.
 
El complejo mundo del autismo
 
Existen muchos estudios relacionados con el tratamiento del autismo, con la adaptación social de estas personas y con la detección precoz del trastorno. Sin embargo, las investigaciones sobre las bases moleculares de esta enfermedad y cuáles son las alteraciones que derivan en la aparición del autismo son escasas. Y es que no debemos olvidarnos que se trata de una enfermedad muy compleja denominada técnicamente Trastorno del Espectro Autista (TEA).
 
Esta es una terminología que hace referencia a un amplio conjunto de factores que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, dando lugar a alteraciones de las habilidades sociales y motoras, es decir, factores que provocan dificultades en la comunicación e interacción social, en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. También ocasionan un comportamiento repetitivo inusual.
 
Hoy en día, no es posible determinar una única causa que explique la aparición de esta enfermedad. Tal es así, que la comunidad científica plantea una visión multifactorial compleja, entre la genética y el entorno.
 
Aunque la etiología del autismo sigue siendo un misterio conformado por una gran cantidad de piezas que constituyen un enorme rompecabezas, los científicos han logrado detectar indicios que señalan una posible asociación entre la existencia de una respuesta inmune anormal y el autismo.
 
En este sentido, la relación existente entre las enfermedades autoinmunes maternas e hijos autistas está atrayendo una enorme atención. Tal es así, que un grupo de investigadores de la School of Public Health and Tropical Medicine y del  Institute of Acute Communicable Diseases Prevention and Control de China, han realizado el primer metanálisis para evaluar, cuantitativamente, la asociación entre enfermedades autoinmunes maternas y el riesgo de tener hijos autistas.

El sistema inmunitario confunde el enemigo
 
Nuestro sistema inmunitario es una compleja red de células y  componentes celulares, que normalmente trabajan para defender al organismo. Sin él no podríamos vivir y, como sabemos, nos permite eliminar infecciones causadas por bacterias, virus y otros microorganismos patógenos.
 
Sin embargo, como cualquier organismo vivo, no es perfecto y en ocasiones ese sistema ataca erróneamente a células, tejidos y órganos del propio organismo. Es decir, pierde la capacidad de diferenciar entre lo propio y lo ajeno generándose así un grave problema para la persona que lo sufre. De hecho, estos problemas son lo que se denomina enfermedades autoinmunes.
 
Las enfermedades autoinmunes, actualmente, siguen siendo una gran incógnita, pero lo que sí parece estar claro son las numerosas consecuencias que traen consigo. De hecho, según publicábamos en Tendencias 21 el año pasado, los científicos establecieron un vínculo de conexión entre el cerebro y el sistema inmunológico. Ello podría estar relacionado con el trabajo de Cheng y colaboradores.
 
¿Cómo sucede?
 
Estudios realizados en ratones y monos han demostrado la existencia de manifestaciones parecidas al autismo en la descendencia de estos animales, después de que hembras preñadas fuesen inyectadas con inmunoglobulinas G (anticuerpos, IgG) procedentes de madres humanas con enfermedades autoinmunes.
 
Estos factores de defensa, formados por las madres, activan la microglia en el cerebro del feto, lo que conduce a la neuroinflamación del propio cerebro fetal. Esto podría dañar el tejido cerebral e influir negativamente en el desarrollo del cerebro. Unas alteraciones anormales importantes para la génesis y el desarrollo del espectro autista.
 
Así pues, los científicos creen que cuando el sistema inmune de las madres con enfermedades autoinmunes se ve alterado, se estimula una mayor cantidad de autoanticuerpos y citoquinas inmunes. De hecho, se han detectado anticuerpos contra ciertas proteínas del cerebro fetal en madres que tenían hijos con autismo, ausentes, por el contrario, en madres con hijos sin autismo.
 
No debemos alarmarnos
 
El equipo del Dr Cheng ha realizado el presente metanálisis basándose en estudios observacionales realizados por diferentes equipos de investigación y procedentes de diferentes áreas geográficas. ¿Por qué decimos esto? Porque no debemos olvidar que es reconocido por la comunidad científica que el autismo es una confluencia de factores tanto genéticos como ambientales. Y estos estudios proceden de distintas zonas del mundo, donde el entorno ambiental es muy diferente.
 
Por otro lado, las enfermedades autoinmunes maternas, en algunos casos, fueron diagnosticadas durante el embarazo. Uno de los mayores problemas que presentan este tipo de enfermedades es que son difíciles de diagnosticar, ya que pueden compartir sintomatología con otro tipo de enfermedades más frecuentes en la población, pudiendo realizarse un diagnóstico erróneo. Además, la sintomatología de una enfermedad autoinmune es muy variable, hasta el punto de que una misma enfermedad puede afectar a diferentes tejidos en dos personas distintas.
 
Por ello, a pesar de todos estos resultados, los científicos reiteran que la mayor parte de los padres que padecen algún tipo de enfermedad autoinmune no tienen hijos con autismo, por lo que tampoco hay que alertarse.
 
Sin embargo, este tipo de estudios son necesarios ya que las pequeñas aportaciones que los científicos vayan dando pueden ir proporcionando claves que permitan dirigir a los investigadores hacia una posible aclaración de cuales podrían ser las causas que inducen la aparición de autismo.
 
Los investigadores de esta investigación proponen que en futuros estudios sería necesario centrarse en dos aspectos fundamentales. Por un lado, sería necesario verificar la potencial influencia de la enfermedad autoinmune materna desarrollada antes del embarazo sobre la presencia de autismo en los hijos. Y por otro, dado que las enfermedades autoinmunes son un conjunto de diversos tipos de patologías específicas, el efecto individual de cada una de ellas debería ser estudiado y analizado.

Referencia bibliográfica:
 
Shao-Wei Chen y col. Maternal autoimmune diseases and the risk of autism spectrum disorders in offspring: A systematic review and meta-analysis. Behavioural and Brain Research (2016). DOI: 10.1016/j.bbr.2015.08.035.
 

RedacciónT21

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