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Proponen recuperar tierras agrícolas abandonadas para introducir el lince ibérico

Científicos españoles han desarrollado un modelo que determina las zonas agrícolas con mayor potencial de restauración para la mejora del hábitat del lince ibérico (Lynx pardinus), en peligro de extinción. El estudio demuestra que los olivares de baja producción cercanos al Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro (Córdoba), único lugar con Doñana donde habita esta especie, son las más adecuadas. SINC.

Investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía (IFAPA) han analizado el impacto y el riesgo de abandono de los olivares de montaña para proponer un tipo de gestión (convencional, integrada o ecológica) de este tipo de plantaciones, o su reconversión al bosque mediterráneo.

El riesgo de abandono de los olivares “se debe a su localización, con graves implicaciones socioeconómicas (principalmente de abandono de la población de las zonas rurales) y ambientales (erosión y riesgo de incendios)”, explica a SINC Manuel Arriaza, director del trabajo e investigador del IFAPA. “A pesar de ser olivares de baja producción y altos costes de producción estas zonas tienen un alto valor medioambiental”, añade Arriaza.

La investigación, que se ha publicado recientemente en el Spanish Journal of Agricultural Research, ha desarrollado el modelo general a partir de varios ‘Sistemas de Información Geográfica’ (SIG), y ha considerado, además, la opinión de expertos sobre las funciones comerciales y no comerciales de los olivares, así como la de 480 personas de la provincia de Córdoba sobre la importancia que la sociedad otorga a estas funciones en estas zonas agrícolas.

Los científicos evaluaron las funciones socioeconómicas (producción de aceite de oliva y fijación de la población rural), medioambientales (lucha contra la erosión, prevención de incendios, preservación y mejora de la biodiversidad, con el caso específico del hábitat del lince ibérico), y culturales.

Los resultados sugieren que la función más valorada del olivar de montaña es la fijación de la población rural (un 24%), seguida por la producción de aceite de oliva (18%), la prevención de incendios (17%) y la lucha contra la erosión (16%).

Según las entrevistas, la propuesta final del modelo según las condiciones geográficas de la zona sugiere una ocupación territorial del 36% de olivar convencional, la reconversión al bosque mediterráneo en un 23%, un 22% de olivar integrado y un 19% de olivar ecológico.

Sin embargo, una vez determinadas de forma genérica las zonas más adecuadas para la restauración del hábitat del lince ibérico, antes de actuar “sería necesario analizar otros aspectos no incluidos en el análisis territorial inicial, como la población existente de conejos o la fragmentación de ciertas áreas”, puntualiza Arriaza.

RedacciónT21

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