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Un cirujano italiano afirma que ya es posible transplantar cabezas humanas con éxito

Se han hecho varios intentos de trasplante de cabeza con animales, pero hasta ahora este procedimiento se ha contemplado como imposible en individuos de nuestra propia especie. Un cirujano del Grupo de Neuromodulación Avanzada de Turín (Italia) asegura sin embargo que ya se puede aplicar a humanos. En la revista ‘Surgical Neurology International’, propone una serie de medidas que, según él, garantizaría su éxito. Otros especialista, en cambio, aún no lo ven viable. Por Marta Lorenzo.

Un cirujano italiano afirma que ya es posible transplantar cabezas humanas con éxito

El trasplante de cabeza es una operación quirúrgica que implica el injerto de la cabeza de un organismo en el cuerpo de otro, recién fallecido. Aunque suene a ciencia ficción macabra, este procedimiento ha sido desarrollado en el pasado, con animales.
 
El primer intento fue en 1954. Ese año, el cirujano soviético Vladimir Demikhov implantó la cabeza y las patas delanteras de un cachorro en la parte trasera de un perro grande. La combinación sólo sobrevivió unos días. Con monos lo hizo en 1970 Robert White, en la Escuela de Medicina de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, Ohio, EEUU. El mono resultante vivió durante nueve días, hasta que su sistema inmunológico rechazó la cabeza.
 
En cuanto a los humanos, hasta ahora la tecnología necesaria para unir una médula espinal cortada no se había desarrollado (al mono de White no se la unieron, por lo que no podía moverse). Por eso, la posibilidad de trasplantar cabezas no se contemplaba. Sin embargo, un investigador italiano llamado Sergio Canavero, miembro del Grupo de Neuromodulación Avanzada de Turín en Italia,  afirma en un trabajo publicado recientemente que ya sí se podría hacer.
 
¿Para qué?
 
Según la revista MedicalXpress, Canavero anunciará pronto el conjunto de técnicas que ha reunido para hacer este tipo de trasplantes en humanos. Lo hará en el encuentro anual de la American Academy of Neurological and Orthopedic Surgeons que se celebra del 12 al 13 de junio en Annapolis (Maryland, EEUU) con el objetivo de conseguir inversión para desarrollar del todo esta cirugía.
                                                                                                                        
Canavero considera que el trasplante de una cabeza en el cuerpo donado de otro paciente podría alargar la vida de personas cuyos músculos y nervios hayan degenerado o cuyos órganos estén invadidos por el cáncer.  
 
Obstáculos principales
 
Pero, como se ha dicho, hay varios obstáculos que superar. Uno de ellos, la fusión de la médula espinal del cuerpo donado y la de la cabeza trasplantada ya mencionada.
 
Un segundo obstáculo es que el sistema inmune del organismo rechace la cabeza nueva. Canavero asegura que ambos ya se pueden superar, y que semejante cirugía podría estar lista para 2017, en tan solo dos años.  El tercer obstáculo sería de tipo moral.  ¿Está la sociedad preparada para asumir una cirugía semejante?

El procedimiento
 
Antes del encuentro de la American Academy of Neurological and Orthopedic Surgeons, Canavaro ha adelantado las características del procedimiento que seguiría en la revista Surgical Neurology International.
 
En ella explica que, para empezar, se enfriaría tanto el cuerpo como la cabeza antes de la cirugía, con el fin de prevenir la muerte celular, durante el breve periodo de tiempo en  que ambas partes no estuvieran conectadas (para que las células puedan vivir más tiempo sin oxígeno).
 
El mayor problema, conectar la médula espinal, se resolvería de la siguiente forma. Primero, se disecaría el tejido alrededor del cuello, y los principales vasos sanguíneos de ambas partes se vincularían mediante pequeños tubos, antes de cortar la médula espinal de cada persona. Este corte se realizaría en ambas partes a la vez y muy limpiamente.
 
A continuación, se aplicaría polietilenglicol (mediante lavado e inyecciones) a la sección unida, durante varias horas, porque investigaciones previas han demostrado que esta sustancia puede impulsar la fusión de tejidos (ayuda a que la grasa de las membranas celulares hagan ‘malla’).
 
Por último, y tras terminar de unir músculos y vasos sanguíneos mediante sutura, se induciría durante varias semanas un estado de coma en el paciente, para evitar su movimiento. Al mismo tiempo, a este se le estimularía eléctricamente –con electrodos implantados- para promover la actividad del nervio y fortalecer nuevas conexiones nerviosas.
 
En cuanto al segundo obstáculo grave, el del rechazo del sistema inmune del cuerpo a su nueva cabeza, Canavero considera que, en la actualidad, hay suficientes medios médicos como para evitarlo.
 
Canavero cree que es posible que, tras un año, y con tratamiento de fisioterapia, el paciente podría estar ya caminando con su cuerpo nuevo. Un punto de vista que médicos y especialistas de distintas partes del mundo no comparten. En general, la comunidad médica opina que el proyecto es inviable, por razones como la ausencia de evidencia de que se pueda conectar correctamente una médula espinal de un cuerpo con la cabeza de otro cuerpo.   
 
El tercer obstáculo: las cuestiones morales
 
Además, está el tema de las cuestiones morales. La conexión de una cabeza que vive al cuerpo de una persona recientemente fallecida resulta extremadamente perturbadora e incluso preocupante.
 
Tanto como para que Canavero no encuentre un país dispuesto a permitir que en él se desarrolle su proyecto. Según Newscientist, al científico le gustaría llevarlo a cabo en EEUU, pero cree que podría ser más fácil conseguir la aprobación en algún lugar de Europa.

Referencia bibliográfica:
 
Sergio Canavero. The «Gemini» spinal cord fusion protocol: Reloaded. Surgical Neurology International (2015). DOI: 10.4103/2152-7806.150674.
 
 
 
 

RedacciónT21

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