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Una nueva zona muerta podría afectar al futuro equilibrio de los nutrientes marinos

Una investigación ha descubierto una nueva zona muerta en el Océano Índico que, al contener algo de oxígeno, impide la eliminación de nitrógeno del océano. Sin embargo, debido a la contaminación ambiental el poco oxígeno existente en el Golfo de Bengala está amenazado, por lo que su desaparición podría afectar al equilibrio del océano global.

Una nueva zona muerta podría afectar al futuro equilibrio de los nutrientes marinos

Existen en el mundo grandes áreas del océano global, llamadas «zonas muertas» marinas, que no contienen oxígeno y que apoyan procesos microbianos que eliminan grandes cantidades de nitrógeno del océano global.

El nitrógeno es un nutriente clave para la vida. Estas zonas muertas son bien conocidas en las costas occidentales de América del Norte y del Sur, frente a la costa de Namibia y frente a la costa occidental de la India en el Mar Arábigo.

Una nueva investigación publicada en la revista Nature Geosciences muestra que la Bahía de Bengala, ubicada en el noreste del Océano Índico, también alberga una «zona muerta» de unos 60.000 km2 situada a profundidades que oscilan entre los 100 y los 400 metros.

Esta investigación se llevó a cabo entre la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU), el Instituto Max Planck (MPIMM) para la Microbiología Marina en Bremen y el Instituto Nacional de Oceanografía (NIO) de la India. De esta investigación informa el Instituto Maz Planck en un comunicado.

La autora principal del estudio, Laura Bristow, explica: «La Bahía de Bengala ha permanecido durante mucho tiempo como un enigma porque las técnicas estándar sugieren que no hay oxígeno en las aguas, pero, a pesar de esto, no ha habido indicios de pérdida de nitrógeno como en otras» zonas muertas «del océano global.

Utilizando una nueva tecnología de detección de oxígeno, los investigadores demostraron que existe algo de oxígeno en las aguas de la Bahía de Bengala, pero en concentraciones mucho menores que lo que  las técnicas estándar pueden detectar, y unas 10.000 veces menores que el oxígeno existente en las aguas superficiales, saturadas con aire.

Los investigadores también descubrieron que la Bahía de Bengala alberga comunidades microbianas que pueden eliminar el nitrógeno, como en otras «zonas muertas» bien conocidas e incluso alguna evidencia de que eliminan el nitrógeno, pero a tasas realmente lentas.

Paradójica situación marina

Bristow continúa: «Tenemos esta paradójica situación en la Bahía de Bengala, donde los microbios están preparados para eliminar mucho más nitrógeno de lo que lo hacen, pero las trazas de oxígeno lo impiden».

Wajih Naqvi, ex director de NIO, y coautor del estudio, añade: «si se eliminaran las últimas cantidades de oxígeno, la Bahía de Bengala se convertiría en un actor global importante en la eliminación de nitrógeno de los océanos». Eliminar más nitrógeno de los océanos podría afectar al equilibrio del nitrógeno marino y a las tasas de productividad marina.

Globalmente, se prevé que el calentamiento de la atmósfera a través del cambio climático conduzca a una expansión de «zonas muertas» en el océano. En la actualidad no está claro si el cambio climático llevaría a la eliminación de estas últimas huellas de oxígeno de las aguas de la Bahía de Bengala.

Sin embargo, la Bahía de Bengala también está rodeada por una fuerte densidad de población, y los aumentos esperados en la entrada de fertilizantes en la bahía pueden aumentar su productividad, contribuyendo al agotamiento de oxígeno en profundidad.

Bristow advierte: «El tiempo lo dirá, pero la Bahía de Bengala está en un» punto de inflexión «, y actualmente necesitamos modelos para descubrir cómo las actividades humanas impactarán el ciclo del nitrógeno en la Bahía de Bengala y también a nivel mundial.

Referencia

N2 production rates limited by nitrite availability in the Bay of Bengal oxygen 
minimum zone. L.A. Bristow, C.M. Callbeck, M. Larsen, M.A. Altabet, J. Dekaezemacker, M. Forth, M. Gauns, R.N. Glud, M.M.M. Kuypers, G. Lavik, J. Milucka, S.W.A. Naqvi, A. , Pratihary, N.P. Revsbech, B. Thamdrup, A.H. Treusch, D.E. Canfield. Nature Geoscience 2016, DOI 10.1038/ngeo2847

RedacciónT21

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