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Analizan cómo las plantas aprovechan los nutrientes ante la futura escasez de fosfato

Más de una veintena de centros de investigación de España integran un consorcio que tiene como objetivo estudiar proteínas que regulan genes importantes para las plantas, entre ellos, el Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de Salamanca. El coordinador de este gran proyecto es Javier Paz Ares, científico del Centro Nacional de Biotecnología. Relacionado con esta iniciativa, Javier Paz Ares estudia cómo las plantas se adaptan a vivir en suelos con bajo contenido en nutrientes, en concreto, con bajo contenido en fosfato, una investigación que "tiene importancia porque los grandes incrementos de productividad que se han obtenido en el siglo pasado se han debido en buena parte a la utilización de grandes cantidades de fertilizantes", ha señaldo en declaraciones a DiCYT el propio Paz Ares. Ahora, los investigadores abordan un problema importante: el fosfato es un nutriente esencial para la agricultura pero se está acabando y no hay recambio. La utilización de este insumo no presenta problemas porque se consideraba que había mucho fosfato. Sin embargo, aunque no se transforma en un mineral distinto, "el ciclo del fosfato termina en los océanos y no se puede recuperar", apunta el experto. Por lo tanto, la escasez de fosfato será grave en 50 años y los científicos buscan soluciones. "Una manera de reducir la dimensión del problema es generar plantas capaces de crecer y producir con una cantidad menor de nutrientes", indica el científico. El primer paso para lograrlo es estudiar los mecanismos que han desarrollado durante su evolución las plantas para crecer en condiciones limitantes. A partir de ahí, se podrían desarrollar nuevas estrategias de biotecnología o de mejora genética para conseguir plantas más eficientes, según ha explicado el investigador, que estudia los aspectos más básicos del problema. "Cuando hay pocos nutrientes, la planta incrementa la actividad de los transportadores de fosfato para ser más eficaz en su extracción", asegura. Por eso, "nosotros estudiamos cómo la planta percibe que hay poco fosfato en el suelo o dónde percibe que lo hay, así como las respuestas que da a cada situación". Aunque se sabe que hay genes que controlan la respuesta asociada a la carencia de fosfato, la respuesta al problema no es sencilla, porque activar estos sistemas de respuesta requiere una gran cantidad de energía, de forma que la planta no crecería mucho. Precisamente, el proyecto Consolider-Ingenio 2010 que Javier Paz Ares tiene en común con el Ciale y con más de 20 grupos de investigación de toda España se centra en el estudio de las proteínas que regulan los genes de las plantas. "Cualquier proceso biológico implica la participación de muchos genes. Por ejemplo, para formar el color de una flor se necesitan 30 enzimas. La idea es identificar los genes que regulan estos procesos, principalmente los que se conocen como factores transcripcionales, y para estudiarlo se han generado plantas que expresan todos los factores transcripcionales de una manera inducible", concluye el investigador.

RedacciónT21