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Ayudar nos ayuda

Diversos estudios recientes han profundizado en el tema del altruismo: una investigación alemana identificó hace poco el , por ejemplo. Por otro lado, científicos de la Universidad de California en Berkeley señalan que no es biológicamente posible ser extremadamente ansioso y extremadamente generoso al mismo tiempo, y otro equipo de científicos norteamericanos señala que ser generoso activa los centros de placer del cerebro. Según explica en la revista Boston.com la doctora Helen Riess, psiquiatra de la Escuela Médica de Harvard especializada en el estudio de la empatía, los beneficios que para el cerebro proporciona el altruismo son un producto de nuestro propio proceso evolutivo: la evolución ha preparado al cerebro humano para promover nuestra capacidad de ayudar a los demás. Si se presentan situaciones críticas, la gente tiene que reaccionar de forma conjunta, por tanto, la ayuda mutua supone una garantía para la supervivencia de la especie, afirma Riess. Por esa razón, nuestro cerebro responde al comportamiento cooperativo produciendo dopamina, una sustancia del cerebro que nos produce bienestar. Pero, además, el altruismo puede ayudar a superar ciertos problemas mentales. Aunque, en este sentido, aún no hay investigaciones científicas que relacionen la ayuda a otros con la ayuda a uno mismo, el doctor , afirma que el altruismo es una parte esencial de los tratamientos psicológicos que él aplica. Según Jenike, muchos de sus pacientes han conseguido superar sus trastornos obsesivos compulsivos (TOC) ayudando a otros.

RedacciónT21