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Científicos estudian la relación entre el cambio climático y los fenómenos climatológicos extremos

Investigadores del proyecto de la Unión Europea CARBO-EXTREME, estudian actualmente la posible relación entre fenómenos climatológicos extremos y los cambios en la cantidad de carbono presente en la masa continental europea. Los resultados del proyecto ayudarán a mejorar los modelos climáticos y permitirán que los gobiernos regionales y de la UE desarrollen políticas climáticas y de protección del suelo más efectivas. Los llamados «sumideros de carbono» naturales atrapan más de la mitad del dióxido de carbono (CO2) que emitimos. Se calcula que los ecosistemas terrestres europeos absorben por sí solos entre el 7% y el 12% de las emisiones generadas por la quema de combustibles fósiles, de manera que amortiguan los efectos dañinos del cambio climático, explican los científicos. No obstante, parece ser que los fenómenos climatológicos extremos pueden mermar la capacidad de los ecosistemas terrestres para absorber carbono. Por ejemplo, la ola de calor y sequía que afectó a gran parte de Europa en el verano de 2003 invirtió la función de los suelos europeos y provocó que pasaran a emitir carbono en lugar de absorberlo. Por otro lado, los modelos climáticos muestran que es probable que los fenómenos meteorológicos extremos como las sequías, las olas de calor y las inundaciones se produzcan con mayor frecuencia debido al cambio climático. Esto plantea la preocupante perspectiva de un círculo vicioso por el que los fenómenos extremos provocarán la liberación de más carbono de los sistemas naturales, lo cual agudizará aún más el cambio climático. CARBO-EXTREME tratará de buscar una solución a este problema mediante el perfeccionamiento del conocimiento científico relativo a la repercusión de los fenómenos meteorológicos extremos y de la variabilidad climática en general sobre el ciclo de carbono terrestre de Europa. Para tal fin, se identificarán los procesos y sumideros de carbono más sensibles y se pronosticará la evolución probable de los sumideros de carbono europeos durante los próximos cien años.

RedacciónT21