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El monóxido de carbono narcotiza a los habitantes de las grandes ciudades

La exposición a bajos niveles de monóxido de carbono (CO) tiene un efecto narcótico en los residentes de las ciudades, ha revelado un estudio realizado por científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, en el que se analizaron los contaminantes urbanos. El CO es un gas insípido, incoloro e inodoro que se encuentra sobre todo en los gases de escape de los vehículos. Una inhalación excesiva de este gas puede envenenar el sistema nervioso y el sistema cardiovascular, ocasionando la muerte. El efecto de niveles bajos, sin embargo, sería completamente distinto. A esta conclusión llegaron los investigadores tras estudiar diversos trayectos de Tel Aviv, calles muy transitadas por vehículos privados y públicos, y cargadas de restaurantes, tiendas y mercados. Los científicos monitorearon el impacto en las personas de cuatro factores ambientales estresantes, propios de este tipo de entornos: la carga térmica, la contaminación acústica, los niveles de monóxido de carbono y la carga social (el impacto de las aglomeraciones). Los datos fueron tomados con sensores que midieron tanto la frecuencia cardiaca de los participantes en el estudio como los niveles de contaminación presentes en los entornos. A partir de estos datos, y para sorpresa de los investigadores, se constató que el monóxido de carbono tiene un efecto narcótico en las personas, y que además contrarresta el estrés que causan las aglomeraciones y el ruido. Según los autores del estudio, estos resultados indican que vivir en una gran ciudad podría no tener un impacto tan negativo en la salud como se pensaba hasta ahora.

RedacciónT21