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El nuevo manual diagnóstico de enfermedades mentales genera polémica

La polémica envuelve la quinta edición de la 'biblia' de la psiquiatría, el manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Después de dos décadas sin apenas tocar el texto, el próximo 18 de mayo la Asociación Americana de Psiquiatría presentará su nueva edición. Solo dos semanas antes, el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de EEUU se ha desvinculado del diccionario por considerarlo científicamente pobre. A partir de ahora, el NIMH se regirá por sus propios estándares para clasificar las psicopatologías. Más de 400 especialistas en 13 grupos de trabajo han colaborado en el documento durante un proceso oficial de seis años que ha costado 25 millones de dólares. El precio de cada ejemplar se ha fijado en 199 dólares. Se prevé que la versión española de la quinta edición del DSM estará disponible a principios de 2014. La reedición del DSM trae novedades como la inclusión de la edad, el género y la cultura en el diagnóstico y la presentación de los trastornos mentales. Además, el manual pretende acercarse a la clasificación internacional de enfermedades publicada por la OMS. El nuevo DSM propone abordar los trastornos con evaluaciones dimensionales para calcular la severidad de la patología. Entre otros, el autismo y el síndrome de Asperger –junto con dos trastornos más– pasarán a englobarse dentro del mismo espectro del trastorno autista. A pesar del revuelo mediático, los expertos de la APA consideran que la adicción a internet no es un trastorno mental. La sección III acoge aquellos trastornos que requieren más investigación antes de ser bautizados con el nombre de enfermedad mental. Se trata de un trastorno de conducta, no hace falta medicalizar los problemas de la vida cotidiana y caer en la sobrediagnosis, explica un experto a SINC. Lo mismo le pasa a la adicción al sexo (hipersexualidad), que también ha sido relegada como trastorno. Además, a partir de mayo, los niños con un mínimo de tres episodios semanales de irritabilidad, arrebatos y berrinches durante más de un año serán diagnosticados con el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.

RedacciónT21