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Electroestimulación contra la escoliosis

Aunque el corsé ha sido un pilar básico en los tratamientos no-quirúrgicos de la escoliosis idiopática del adolescente (EIA), algunos estudios sugieren que sólo es capaz de detener la progresión de la curvatura, pero no de reducir la deformidad. Además, muchas veces condiciona o potencia trastornos psicológicos en los pacientes que lo usan durante largos períodos de tiempo. Otros suelen requerir una cirugía muy agresiva. Cada año, más de 4.000 adolescentes europeos se someten a estos procedimientos. "La cirugía corrige la deformidad, pero fusiona la columna vertebral, eliminando su función. Las consecuencias a largo plazo de la fusión de la columna causan numerosas complicaciones", explica Carlos Barrios, director del Instituto Universitario de Investigación en Enfermedades Músculo-esqueléticas de la Universidad Católica de Valencia. "Recientes hallazgos muestran que la EIA es una expresión musculoesquelética de un trastorno del sistema nervioso central; es decir, es una enfermedad neurológica" explica Barrios. "La disfunción neurológica afecta a los músculos paraespinales profundos, induciendo un desequilibrio de fuerzas que actúan sobre los segmentos vertebrales". Basándose en estas investigaciones, se ha llevado a cabo el proyecto , apoyado por un consorcio internacional de empresas, institutos tecnológicos y universitarios con el objetivo de introducir tratamientos alternativos para la EIA que se basen en la electroestimulación muscular de los músculos rotadores paraespinales profundos -una técnica conocida como estimulación eléctrica funcional (EEF). En el consorcio participan, entre otros, el Instituto de Biomecánica de Valencia-IBV y el Instituto Fraunhofer-IPMS (Alemania). Uniendo su experiencia, el proyecto ha logrado desarrollar los primeros prototipos de un dispositivo programable para sensar y estimular los músculos clave, así como el software para modularlo satisfaciendo los umbrales de seguridad integrados. Además, se ha desarrollado un instrumental quirúrgico mínimamente invasivo, apropiado para poder implantar el dispositivo debajo de la piel. La unidad debe permitir proporcionar tratamientos personalizados para cada paciente. Está fundamentalmente dirigida a mejorar los resultados actuales, es decir no sólo inhibir la progresión de la curvatura, sino también potencialmente a corregirla significativamente. "El próximo objetivo es producir un prototipo plenamente operativo, y con mayor ratio eficiencia-coste", señala Barrios. "Una vez alcanzada la colaboración con proveedores especializados, esta versión del producto participará en la fase II y III de los ensayos clínicos con el fin de validarse".

RedacciónT21