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La avutarda macho ingiere el tóxico cantaridina para aumentar su atractivo sexual

Los machos de la avutarda ingieren pequeñas dosis de con un doble propósito: para eliminar sus parásitos internos y, sobre todo, para aparecer más sanos y fuertes ante las hembras. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha propuesto por primera vez que esta función de la automedicación puede ser un mecanismo de selección sexual. Los investigadores han descubierto que las avutardas consumen dos especies de coleópteros ( y ) que son evitados por la mayoría de depredadores por su contenido en , un compuesto muy tóxico que en pequeñas dosis puede matar a la mayoría de animales, incluido el hombre (aunque en otras épocas lo ha consumido como afrodísiaco, por ejemplo ). A cambio, la cantaridina posee una potente eficacia antibacteriana y , por lo que las avutardas pueden utilizarla como medicamento contra infecciones gastrointestinales, que son frecuentes en estas aves y pueden transmitirse por vía sexual. Tanto machos como hembras consumen estos coleópteros, pero sólo los machos los seleccionan de entre todos los insectos disponibles, e ingieren más ejemplares y más grandes que las hembras. Los buscan con afán en primavera, cuando el estrés producido por el costoso comportamiento de celo y la fuerte competencia entre los machos por el acceso a las hembras les hace más vulnerables a las infecciones, explica Juan Carlos Alonso, del departamento de Ecología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Los autores del estudio proponen que los machos de avutarda utilizan la cantaridina para reducir su carga de parásitos, y aparecer así más sanos y vigorosos, y por tanto, más atractivos frente a las hembras. Este consumo explicaría la exhibición de su cloaca (la cloaca es la abertura final del tracto digestivo de las aves, pero también su órgano excretor del aparato urinario y su órgano copulador, a falta de pene) que los machos efectúan al acercarse a las hembras. "La hembra mira si la zona con la que va a entrar en contacto está libre de parásitos o de los síntomas de su presencia, como suciedad producida por diarrea", explica Alonso. La automedicación podría ser de gran importancia, sobre todo en especies polígamas, en las que la competencia entre machos es especialmente intensa, añade. Del mismo modo que los machos de pavo real han desarrollado unas plumas largas en su cola con el único fin de atraer a las hembras, asumiendo la carga que representan a la hora de escapar de sus depredadores, el macho de avutarda asume el riesgo de ingerir un producto muy venenoso, no sólo para liberarse de los parásitos, sino para mostrar a las hembras que es resistente a su toxicidad, y que dicha resistencia puede transmitirla a su descendencia.

RedacciónT21