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Recordamos peor lo que oímos que lo que vemos y tocamos

Investigadores de la Universidad de Iowa (EE.UU.) han descubierto que no nos acordamos de las cosas que oímos tan bien como de las cosas que vemos o tocamos. "Tendemos a pensar que las partes de nuestro cerebro relacionadas con la memoria están integradas. Sin embargo, nuestros hallazgos indican que puede que nuestro cerebro utilice vías separadas para procesar la información. Es más, que puede que el cerebro procese la información auditiva de forma diferente a la información visual", explica Amy Poremba, profesora asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de Iowa y una de las autoras del artículo. En un primer experimento, Poremba y el estudiante de posgrado James Bigelow comprobaron que los estudiantes de grado participantes eran menos propensos a recordar sonidos (tonos puros) que imágenes (cuadrados rojos) o vibraciones sentidas con el tacto. A los cuatro-ocho segundos los sonidos ya empezaban a difuminarse en la memoria. "Si alguien le dice un número de teléfono, y lo marca de inmediato, por lo general acierta. Pero haga algo enmedio, y es muy probable que lo haya olvidado", explica Poremba. En un segundo experimento, evaluaron la memoria de los participantes utilizando situaciones de la vida diaria. Los estudiantes escucharon grabaciones de audio de perros ladrando, vieron vídeos silenciosos de un partido de baloncesto, y tocaron objetos comunes, como una taza de café, sin verlos. Los investigadores descubrieron que entre una hora y una semana después, los estudiantes recordaban peor los sonidos, pero su memoria para escenas visuales y objetos táctiles era casi la misma. "Como docentes, queremos creer que los estudiantes recordarán todo lo que decimos. Pero si realmente quieres que algo permanezca en el recuerdo puede que tenga que incluir una experiencia visual o práctica, además de la información auditiva", señala Poremba. La dificultad para recordar sonidos es la misma aunque éstos vayan acompañados de palabras asociadas con ellas, añaden los investigadores. Además, el estudio también demuestra que nuestra memoria visual es similar a nuestra memoria táctil, como ya se había observado en chimpancés.

RedacciónT21