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Un estudio arroja luz sobre el origen y el mantenimiento de las tradiciones y las normas

La amenaza del castigo combinada con la voluntad de las personas de imitar a otros son las bases de un nuevo modelo psicológico que describe cómo se mantienen -o no- las tradiciones y las normas. El modelo ha sido desarrollado por investigadores del Instituto Karolinska Emotion Lab en un estudio que publica el La ciencia ya había demostrado que los animales aprenden unos de otros a través del aprendizaje social, cuando se hallan ante un peligro inminente. Por ejemplo, la información sobre un depredador puede propagarse por una bandada de pájaros, para que esta reaccione de manera colectiva. Todos sus individuos empiezan entonces a huir. Sin embargo, el papel del aprendizaje social en la evitación de peligros no se había estudiado de manera específica en seres humanos. "Queríamos descubrir cómo estas situaciones –en las que debemos evitar un riesgo- funcionan en los seres humanos. Descubrimos que dos mecanismos psicológicos individuales y simples (la imitación del comportamiento ajeno y la necesidad de evitar un peligro) constituyen un potente impulso que ayuda a explicar cómo podemos crear y mantener normas y tradiciones, explica , uno de los autores de la investigación en un del Instituto Karolinska. Lindström trabaja en el departamento de neurología clínica de dicho centro. Junto a su colaborador, Andreas Olsson, el investigador llevó a cabo una serie de experimentos con un total de 120 individuos. En el primero de ellos, se pidió a los participantes que eligieran 20 veces entre dos imágenes, A y B, que aparecían en una pantalla. Antes de que hicieran sus elecciones, a los sujetos se les mostró un vídeo de una persona haciendo siempre la misma elección, sin mostrar las consecuencias (negativas o positivas) de esas decisiones. La persona en el video eligió cada vez la imagen A. A continuación, los sujetos la imitaron en más del 95% de sus decisiones. Cuando se les prometió una recompensa si acertaban (la oportunidad de ganar entradas para el cine), en cambio, siguieron el ejemplo de la persona del vídeo en sólo el 60% de los casos. En un experimento en el que lo que había era la amenaza de un castigo arbitrario (una descarga eléctrica leve), la adhesión al ejemplo del vídeo se redujo a menos del 70%. "Nuestra conclusión es que, cuando se nos promete una recompensa, estamos más inclinados a romper el patrón, por tanto, el aprendizaje social tiende a jugar un papel más pequeño. Cuando se trata de evitar el peligro, por otro lado, el aprendizaje social tiene una poderosa influencia en nuestro comportamiento aunque solo si (las acciones de otros) han demostrado buenos resultados. En cambio, en los casos en que se muestra que el aprendizaje social no ofrece una protección eficaz contra el peligro, también estamos más dispuestos a romper el patrón", explica Olsson.

RedacciónT21