Se cumple un mes de la presidencia Trump y lo peor está por venir porque lo que está en marcha es una venganza de los sectores más conservadores contra el establishment de Washington, advierte Slate.
Los más ricos de Estados Unidos se preparan para el fin del mundo. Trump es el presidente del fin de la historia, aunque no en el sentido que pretendía Fukuyama. Las primeras salvas de la guerra comercial se han disparado. Los nacionalismos se refuerzan en Europa e Israel se lanza a nuevas colonizaciones al amparo del nuevo presidente. Vienen años turbulentos. Es el Apocalipsis Trump.
Tras el acuerdo de Kigali para reducir drásticamente el uso de los gases de efecto invernadero más dañinos, puede que empiece a invertirse la espiral de inconsciencia política que ha caracterizado hasta ahora la reacción de la comunidad internacional al calentamiento global.
El Acuerdo de París para frenar el calentamiento global ya tiene respaldo suficiente para entrar en vigor: ha sido ratificado por 90 países que representan el 64 por ciento de las emisiones globales. La COP22 que se inicia el mes próximo en Marrakech es la cumbre de la acción que quizás llegue tarde para impedir lo inevitable.
La economía colaborativa experimenta un auge que habla de una mutación en el seno del capitalismo. Este proceso viene acompañado de una eclosión de nuevas economías que cuestionan a su vez la validez del pensamiento económico imperante.
El Instituto Jacques Delors señala en un informe que la Unión Monetaria Europea (UEM), tal cual está, no es viable a largo plazo. Foreign Policy señala a su vez que las tensiones raciales y la ascensión de Donald Trump han minado el "modelo americano". Puede que lo que realmente esté pasando sea el fracaso del mundo tal como se organizó después de 1945.
La eventual victoria de Trump en las elecciones USA puede reforzar la defensa europea, alejar el fantasma del TTIP y reducir la influencia de Wall Street sobre la economía europea. Pero también puede suponer una amenaza para los acuerdos de París sobre el clima.
En gran parte de los países de la OCDE se ha observado un crecimiento considerable de la parte de la riqueza nacional ostentada por el 1 por ciento de los más ricos, destaca esta organización en un informe. Son datos que nos llevan a preguntarnos si no hay una forma de organizar mejor el mundo.
Al igual que en otros sectores sociales, en el mundo universitario se está formando un espacio heterotópico (evocando a Foucault) que constituye la localización física (en este caso social) de la utopía de mantener la innovación y la investigación a pesar de la adversidad.